San
Lucas 16:1-15
Pastor
Dong Han David Lee
1. Dijo
también a sus discípulos: Había un hombre rico que tenía un mayordomo, y éste
fue acusado ante él como disipador de sus bienes.
2. Entonces
le llamó, y le dijo: ¿Qué es esto que oigo acerca de ti? Da cuenta de tu
mayordomía, porque ya no podrás más ser mayordomo.
3. Entonces
el mayordomo dijo para sí: ¿Qué haré? Porque mi amo me quita la mayordomía.
Cavar, no puedo; mendigar, me da vergüenza.
4. Ya sé
lo que haré para que cuando se me quite de la mayordomía, me reciban en sus
casas.
5. Y
llamando a cada uno de los deudores de su amo, dijo al primero: ¿Cuánto debes a
mi amo?
6. Él
dijo: Cien barriles de aceite. Y le dijo: Toma tu cuenta, siéntate pronto, y
escribe cincuenta.
7. Después
dijo a otro: Y tú, ¿cuánto debes? Y él dijo: Cien medidas de trigo. Él le dijo:
Toma tu cuenta, y escribe ochenta.
8. Y alabó
el amo al mayordomo malo por haber hecho sagazmente; porque los hijos de este
siglo son más sagaces en el trato con sus semejantes que los hijos de luz.
9. Y yo os
digo: Ganad amigos por medio de las riquezas injustas, para que cuando éstas
falten, os reciban en las moradas eternas.
10.
El que es fiel en lo muy poco,
también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo
más es injusto.
11.
Pues si en las riquezas injustas
no fuisteis fieles, ¿quién os confiará lo verdadero?
12.
Y si en lo ajeno no fuisteis
fieles, ¿quién os dará lo que es vuestro?
13.
Ningún siervo puede servir a dos
señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y
menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.
14.
Y oían también todas estas cosas
los fariseos, que eran avaros, y se burlaban de él.
15.
Entonces les dijo: Vosotros sois
los que os justificáis a vosotros mismos delante de los hombres; mas Dios
conoce vuestros corazones; porque lo que los hombres tienen por sublime,
delante de Dios es abominación.
INTRODUCCIÓN
En
el sermón del miércoles les hablé con el tema: “De creyente a discípulo”. Y hoy
veremos de “Discípulo a Mayordomo”, y ciertamente que tiene mucha relación.
Existe
una vaga idea entre los creyentes que cada uno de ellos con el paso de los años
automáticamente crecerán y ocuparán mayores cargos en la iglesia.
Ahora
bien, que los hombres piensen y gobiernen de esta forma no significa que Dios
esté de acuerdo con ella.
Hoy
muchos caen en el engaño de la apariencia, porque la iglesia le ha nombrado con
algún cargo de responsabilidad, se contenta y considera automáticamente que
Dios también le considera apto para ese cargo, es a manera de justificar su fe
y conducta espiritual.
Y
finalmente se puede ver que ese hombre ya no cambia más, ya no se discipula
más, no se somete tan fácilmente a las enseñanzas; porque se considera
suficiente, que está en el lugar y cargo que está porque Dios le ha puesto ahí,
que está aprobando su vida y sus obras en la iglesia. Y su cuello se endurece
por la soberbia.
Hoy
vemos cómo el hombre rico recibe la denuncia de que su mayordomo es un
disipador de sus bienes.
¿Por
qué todo esto? Porque hoy la
Biblia dice: ¿quién
os confiará lo verdadero?
Pues
justamente aquí viene la discrepancia, muchos consideran que ese cargo de
responsabilidad dentro de la iglesia es su mayordomía, es decir, que es la
mayordomía que Dios le ha dado. Y cuanto más asciende en cargos de
responsabilidad en la iglesia, el hombre piensa que Dios le tiene más en
cuenta; concluye que es un siervo de Dios fiel.
Y
he aquí está la diferencia y la discrepancia en el entendimiento de la Palabra , y todo esto
porque la manera de ver y de entender la Biblia es diferente con la vida actual en las
iglesias.
Primeramente
es causado por el planteamiento de la sana doctrina, o según los términos que
he utilizado durante los últimos sermones, cómo entiende cada constructor el
plano que nos ha dado Dios para sobreedificar a cada persona.
DE INCRÉDULO A
CREYENTE
Si
le ponemos una parábola con qué comparar, esta es la parte comparable al
sembrador que sale a sembrar y encuentra a 4 tipos de suelos o corazones de
hombres.
Es
la etapa de la persona quien pisa por primera vez la iglesia como creyente de
Jesucristo. Es el tiempo de aprender la Palabra de Dios, es estudiarla, es practicarla,
es aprender a llevar una vida de oración, de leer la Biblia. Ahora conoce
que existe un Dios quien está vinculado con su vida diaria.
Y
el creyente, debe pasar por las diferentes etapas, primeramente debe vencer los
pedregales. Porque tiene los primeros conflictos con las persecuciones, con las
dificultades que encuentra en su familia, en sus parientes y amistades.
Aprender
a confiar en Dios cada día un poco más, notar cómo Dios está en medio de su
vida obrando. Que es un Dios Omnipresente, que es un Dios Omnipotente y
Omnisciente. Saber cuándo se debe y cómo se recurre a Dios para cada momento,
son los intereses fundamentales en esta etapa. Claro que poner correctamente
las piedras de la sana doctrina le asegurará un crecimiento fuerte, sano y
equilibrado.
En
el antiguo testamento, a esta etapa también Dios dice: “No solo de pan vivirá
el hombre sino de toda la
Palabra que sale de la boca de Dios”.
Luego
vendrá la etapa de los espinos, donde el creyente se enfrenta con los problemas
relacionados con las riquezas, con el dinero, con la falta de dinero, con las
necesidades y la forma de resolver los problemas que le suceden.
La
iglesia y la vida de relacionamiento con Jesucristo por medio del Espíritu
Santo va creciendo. Aprende a escoger a favor de Dios, aprende a dedicar un
poco de su tiempo, de su riqueza, de su esfuerzo; aprende al mismo tiempo a
sacrificar algo personal.
En
esta etapa sus hábitos, las costumbres, su forma de pensar, su sentimientos,
sus palabras cambian radicalmente porque aprende la Palabra de Dios.
También
es la etapa cuando el pobre, el cojo, el perniquebrado, el ciego es sanado; en
su vida, en su alma, en su espíritu.
DE CREYENTE A
DISCÍPULO
Ciertamente
no existe una frontera bien específica o delimitante para precisar a partir
cuándo o dónde uno deja de ser creyente novato a discípulo, pero tiene mucha
relación con la práctica constante.
El
compromiso que asume dentro de la fe y basado en la Biblia es más firme con
Dios, es una parte donde la persona comienza a aprender que su vida en Cristo y
su vida para Jesús es mucho más grande que su propia vida.
Así
como los discípulos para seguir a Jesús dejaron sus redes de pescadores, sus
barcos, su mesa de cobrador para seguir a Jesús. Esta es una etapa de grandes
decisiones, no estoy hablando acerca del carácter específico de aquellos que
son deseosos de ser pastores, sino cada creyente se liga y se compenetra más
para vivir plenamente según la
Biblia en medio del mundo.
Y
también les he dicho que el paso del creyente a discípulo no es una opción,
sino que todos y cada uno debe ser discipulado; porque dice Dios: porque os digo que ninguno de aquellos
hombres que fueron convidados, gustará mi cena. (San Lucas 14:24)
Pues
cuando conocieron a Jesús eran pobres, cojos, ciegos, perniquebrados; fueron
sanados, bendecidos, alimentados, se hicieron ricos, hacendados, se casan, se
compran bueyes. Mas después dice que se olvidan de la gracia recibida; por eso
no gustarán de la cena de Dios.
Y
les había dicho que toda invitación a la cena, al contrario de lo que
usualmente las personas entienden este pasaje de San Lucas 14:15-24, no son los
incrédulos quienes se rehúsan a dejar sus haciendas, bueyes y esposas para
participar de la cena. Más bien son los creyentes, quienes luego de ser recogidos
por Dios, vestidos de su desnudez, sanados luego de su cojera, enriquecidos,
hoy son ricos pero se olvidan y relegan a Dios en su vida diaria.
A
la gran cena de Dios hay que poder acudir en cualquier momento, sea en tiempos
de siembra, en tiempos de siega. Eso es ser discípulo, que pueda dejar de lado
inclusive la hacienda recién adquirida porque Dios pide que hagas un ministerio,
que prediques, que testimonees cuando hay apuro en tus negocios o estés casado.
Eso es ser discípulo.
Mas
cuando estos creyentes se olvidan de la primera gracia, si se enriquecieron y
se olvidaron de Jehová Dios y pasaron a afanarse en sus quehaceres, dice Dios
que no gustarán de su cena y serán reemplazados nuevamente por otros pobres,
cojos, mancos, ciegos; para que su cena esté llena de comensales. Que inclusive
aquellos que antes ni eran tenidos en cuenta serán llamados, aquellos que eran
gentiles, aquellos que Dios había denegados como los moabitas y los amonitas
también serán forzados a entrar. Así sucedió con los judíos quienes fueron
reemplazados por los gentiles para levantar celos: Así también aun en este tiempo ha quedado un remanente escogido por
gracia. Y si por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no es
gracia. Y si por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra.
¿Qué pues? Lo que buscaba Israel, no lo ha alcanzado; pero los escogidos sí lo
han alcanzado, y los demás fueron endurecidos; como está escrito: Dios les dio
espíritu de estupor, ojos con que no vean y oídos con que no oigan, hasta el
día de hoy. Y David dice: Sea vuelto su convite en trampa y en red, en
tropezadero y en retribución; sean oscurecidos sus ojos para que no vean, y
agóbiales la espalda para siempre. (Romanos 11:5-10)
Por
eso, el paso de creyente a discípulo no es una opción, no es algo que si tú
deseas, lo haces; si no lo deseas simplemente asistes a la iglesia. Porque dice
luego: Pues si algunas de las ramas
fueron desgajadas, y tú, siendo olivo silvestre, has sido injertado en lugar de
ellas, y has sido hecho participante de la raíz y de la rica savia del olivo,
no te jactes contra las ramas; y si te jactas, sabe que no sustentas tú a la
raíz, sino la raíz a ti. Pues las ramas, dirás, fueron desgajadas, pero tú por
la fe estás en pie. No te ensoberbezcas, sino teme. Porque si Dios no perdonó a
las ramas naturales, a ti tampoco te perdonará. Mira, pues, la bondad y la
severidad de Dios; la severidad ciertamente para con los que cayeron, pero la
bondad para contigo, si permaneces en esa bondad; pues de otra manera tú
también serás cortado. (Romanos 11:17-22)
Y
se dan cuenta que no tiene nada que ver con los cargos que se dan en la
iglesia, no estamos hablando solamente de los servicios que uno hace los
domingos como enseñar, como ser tesorero, como ser ujier de la casa de Dios,
como maestro, como voz en el coro.
Además
según los mandamientos de un día de reposo, nadie iría a ver a su hacienda un
día de reposo, nadie iría a probar sus bueyes, sino la cena se realiza en otro
día. Porque eso se hace en día laborable, y aun en día laborable, el creyente
debe ser capaz de apartar sus negocios, acomodarlos, sacrificarse, reordenar
sus actividades para cumplir con algún mandato de Dios. Eso es ser discípulo.
DE DISCÍPULO A
MAYORDOMO
Como
su nombre lo dice, el discípulo es la persona quien está aprendiendo, quien se
está entrenando bajo un maestro o pastor.
El
mayordomo es la persona quien por sí solo sabe realizar su obra, no necesita de
una supervisión constante. Que tiene iniciativa propia, quien sabe aprender por
sí mismo, quien se corrige a sí mismo, quien por sí mismo sabe exigirse, es
disciplinado, ordenado. Es más hace el trabajo como si fuera suyo propio.
También
según el texto de hoy vemos que está a cargo de
los bienes de su señor.
El
don es dado a cada uno de nosotros según el deseo del Espíritu Santo, según el
requerimiento de este tiempo y obra de Dios que será requerida a su tiempo.
Por
eso, el tiempo de discipulado es largo pero debe ser hecho dentro de las
especificaciones de Dios, porque te es dado el don pero a ti corresponde el
perfeccionarlo, el desarrollarlo, y toda una serie de conocimientos necesarios
para saber utilizarlo según la voluntad de Dios.
Hoy
muchos buscan los dones para alabarse a sí mismo, en cambio en la Biblia vemos cómo Dios
concede los dones a cada hombre específicamente según la obra que debían hacer
en ese tiempo. El mayordomo no es un profesional liberal, sino encargado
específicamente de los asuntos del Señor. Y siempre que esté haciendo el
encargo, y el amo cuando le encuentre haciendo en la hora que sea, en el tiempo
que venga a verificar y lo encuentre así; ése será alabado y será puesto sobre
más.
El
paso de discípulo a mayordomo está supeditado a cómo desarrollas tu “don” como
discípulo, sin importar el tiempo, tus negocios, venciendo muchos obstáculos. E
incluso con respecto a José, vemos que estuvo practicando el don para juzgar,
para administrar, para gobernar desde una casa como mayordomo de Potifar, hasta
que un día llega a ser el segundo de Faraón. Más también fue un hombre muy
entendido en los sueños y en su interpretación.
José
es el mayordomo de Dios en Egipto para salvar a su familia y a la familia de su
padre, y asentar las bases para que sean una gran nación.
Especialmente
el mayordomo es quien ha desarrollado el don recibido y en ello se dedica
plenamente.
MAYORDOMO DE
DIOS
A
diferencia de la terminología e identidad de mayordomía utilizada por las
iglesias, el concepto de mayordomo tiene relación directa a un siervo
responsable a cargo de los bienes que Dios deja y encarga a sus hijos hasta el
tiempo de su vuelta.
Por
ello, nadie puede autonombrarse “mayordomo de Dios”, pues ese título recibe la
persona quien es fiel en toda la casa de Dios y además:
·
DESARROLLO DE SUS CONOCIMIENTOS
Y FE:
es cuestión imprescindible
que el creyente para ser mayordomo de Dios conozca a Jehová Dios, que sea fiel
en toda la Palabra
y doctrina. Igualmente debe saber discernir y tomar decisiones fieles a los
ojos de Dios.
·
DESARROLLO DE SUS DONES:
el creyente cuando no desarrolla su don, es un
hombre no muy diferente a cualquier otro mortal; mas cuando desarrolla el Poder
de Dios, es mudado a otra persona. Y vemos cómo cada hombre de la Biblia recibió un don
específico y en ello era muy, pero muy bueno y capaz.
·
DESARROLLO DE LA FIDELIDAD :
como dice la palabra de Dios hoy: el que es fiel en lo muy poco, también en
lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es
injusto. Siempre cada hijo de Dios es probado primero y luego de mucho
tiempo, cuando el Señor sepa que tu corazón no cambiará por la riqueza, por la
gloria, por otros atractivos; cada día Dios entregará un poco más hasta que
realmente recibas lo que es tuyo, lo verdadero. Y es importante que puedas ver
los años de fidelidad y preparación que exige Jehová a sus siervos para tener una
idea.
·
FIELES EN LAS RIQUEZAS
INJUSTAS:
hoy la palabra de
Dios habla de cómo un mayordomo es cesado en sus funciones, un hombre rico que tenía un mayordomo, y
éste fue acusado ante él como disipador de sus bienes. Entonces le llamó, y le
dijo: ¿Qué es esto que oigo acerca de ti? Da cuenta de tu mayordomía, porque ya
no podrás más ser mayordomo (v. 1-2). Hay que saber que Dios no es
tonto, ni encarga a alguien como mayordomo sin estar seguro y puesto a prueba
varias veces, incluso suficientemente antes de confiarle lo “verdadero”, lo que
es “vuestro”. Hoy por hoy, muchos piensan que un ministerio, una iglesia, una
multitud de asistentes a la iglesia es considerado como “lo verdadero y que ha
recibido lo suyo” y se contentan. Mas lo verdadero no se relaciona netamente
con “riquezas” sino con una relación de intimación muy estrecha con Dios el
Padre.
·
MAYORDOMO EN QUIEN SE CONFÍA LO
VERDADERO:
tanto José, como Daniel
tenían dones para interpretar sueños; pero fueron discipulados, muchas veces
puestos a llevar cargas injustamente, pero aún en esos años de dificultad
buscaron a Dios y sus corazones fueron fieles; también se pusieron a
desarrollar sus dones sin pausa, tanto es así que Daniel era conocido y
reconocido como: Beltsasar (Daniel),
jefe de los magos, ya que he entendido que hay en ti espíritu de los dioses
santos, y que ningún misterio se te esconde, declárame las visiones de mi sueño
que he visto, y su interpretación. (Daniel 4:9)
¿Qué
es lo verdadero? No es el dinero, ni la riqueza y menos la gloria momentánea,
tampoco es el “don del Espíritu Santo”, sino que el don es un instrumento del
Poder de Dios que te es confiado. Mas lo verdadero tiene relación con la obra
de Dios en el tiempo que vives, con las personas que están bajo tu dominio, y
el tiempo de las obras del reino de Dios. Verán que a José lo verdadero fue
confiar el destino de vida y preservar la vida de la familia de Israel. La de
Daniel fue conservar la vida de los judíos hasta que se cumplan los setenta
años de cautiverio en Babilonia. La de Moisés fue rescatar al pueblo según la
promesa hecha a Abraham en el pacto y sacarlos con mano poderosa de Egipto
haciendo todas las señales y establecer el pacto con el pueblo, entregando los
mandamientos.
·
EL MAYORDOMO FIEL QUE RECIBE LO
SUYO:
¿Qué fue lo suyo para
José, para Daniel, para Moisés? Por medio del discipulado y de la mayordomía
finalmente conocieron lo suyo, lo que Dios les entregó por su fidelidad.
Ahora,
¿qué es lo tuyo? ¿Qué es lo verdadero que has recibido de Dios? Y muchos no
conocen qué les ha concedido Dios porque no se quieren discipular; porque
prefieren la música y alabanzas al estudio y la meditación, pierden su tiempo
en cualquier otra cosa antes que obedecer y practicar las Palabras de Dios.
Por
eso dice Jesús y dijo el Señor: ¿Quién
es el mayordomo fiel y prudente al cual su señor pondrá sobre su casa, para que
a tiempo les dé su ración? Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor
venga, le halle haciendo así. En verdad os digo que le pondrá sobre todos sus
bienes. Más si aquel siervo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir; y
comenzare a golpear a los criados y a las criadas, y a comer y beber y
embriagarse, vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la
hora que no sabe, y le castigará duramente, y le pondrá con los infieles. (San
Lucas 12:42-46)
Ser
mayordomo de Dios no significa únicamente tu obra y servicio en la iglesia para
los hermanos y para Dios.
Sino
mayordomo de Dios según la amplitud de la Palabra y según como son indicados en la Biblia se habla de cómo tú
eres un mayordomo de Dios, preparado, fiel y temeroso de Jehová para gobernar,
para salvar, para guiar al pueblo de Dios en este mundo.
Y
cada uno de nosotros tenemos un propósito de Dios, cada uno tenemos un don y
desarrollando ese don espiritual es nuestro discipulado. Si para desarrollar
ese don hemos de recorrer calles, ser humildes, ser humillados, ser sufridos,
aprender el padecimiento, el hambre, la sed. Es porque estamos buscando nuestro
puesto y ocupar el lugar de “Mayordomo de Dios.”
Hoy
cada iglesia y cada pastor tienen un concepto y principio acerca de la
mayordomía; saberlo es importante, mas guiar a los creyentes metódicamente y
hacerles llegar a lugar, tiempo y capacidad requerida por Dios es más
importante. Algunos lo consiguen, otros creen que alcanzaron y no es lo
verdadero, otros están todavía discipulándose y otros muchos están
completamente perdidos en frutos infructuosos.
Incluso
están los perezosos, los que rehúsan, los que siempre se excusan, también los
disipadores; a todos ellos Dios les pondrá con los infieles.
CONCLUSIÓN
El
pueblo creyente de Dios en Jesucristo Señor Nuestro es grande, es una multitud
como las estrellas del cielo y como la arena a la orilla del mar. Más como
vemos en los ejemplos de la
Biblia , los hombres que guían a este pueblo tan inmenso son
unas pocas personas, que son fieles en su época. Y Dios trabaja con esas
personas en particular.
Hoy
también Nuestro Buen Dios y Padre Celestial busca hombres con fe y con
convicción capaz de confesar y defender la obra de Dios como aquel Caleb quien
defendió a Jehová delante de la multitud incrédula: Y Josué hijo de Nun y Caleb hijo de Jefone, que eran de los que
habían reconocido la tierra, rompieron sus vestidos, y hablaron a toda la
congregación de los hijos de Israel, diciendo: La tierra por donde pasamos para
reconocerla, es tierra en gran manera buena. Si Jehová se agradare de nosotros,
él nos llevará a esta tierra, y nos la entregará; tierra que fluye leche y
miel. Por tanto, no seáis rebeldes contra Jehová, ni temáis al pueblo de esta
tierra; porque nosotros los comeremos como pan; su amparo se ha apartado de
ellos, y con nosotros está Jehová; no los temáis. (Números 14:6-9)
Persevera
como discípulo siendo fiel a Jesucristo en todo, y en tu tiempo llegarás a ser
el mayordomo fiel de Dios.
Que
Dios te bendiga.
0 comentarios:
Publicar un comentario