martes, 20 de agosto de 2013

DE DISCÍPULO A MAYORDOMO

San Lucas 16:1-15

Pastor Dong Han David Lee

1.   Dijo también a sus discípulos: Había un hombre rico que tenía un mayordomo, y éste fue acusado ante él como disipador de sus bienes.
2.   Entonces le llamó, y le dijo: ¿Qué es esto que oigo acerca de ti? Da cuenta de tu mayordomía, porque ya no podrás más ser mayordomo.
3.   Entonces el mayordomo dijo para sí: ¿Qué haré? Porque mi amo me quita la mayordomía. Cavar, no puedo; mendigar, me da vergüenza.
4.   Ya sé lo que haré para que cuando se me quite de la mayordomía, me reciban en sus casas.
5.   Y llamando a cada uno de los deudores de su amo, dijo al primero: ¿Cuánto debes a mi amo?
6.   Él dijo: Cien barriles de aceite. Y le dijo: Toma tu cuenta, siéntate pronto, y escribe cincuenta.
7.   Después dijo a otro: Y tú, ¿cuánto debes? Y él dijo: Cien medidas de trigo. Él le dijo: Toma tu cuenta, y escribe ochenta.
8.   Y alabó el amo al mayordomo malo por haber hecho sagazmente; porque los hijos de este siglo son más sagaces en el trato con sus semejantes que los hijos de luz.
9.   Y yo os digo: Ganad amigos por medio de las riquezas injustas, para que cuando éstas falten, os reciban en las moradas eternas.
10.               El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto.
11.               Pues si en las riquezas injustas no fuisteis fieles, ¿quién os confiará lo verdadero?
12.               Y si en lo ajeno no fuisteis fieles, ¿quién os dará lo que es vuestro?
13.               Ningún siervo puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.
14.               Y oían también todas estas cosas los fariseos, que eran avaros, y se burlaban de él.
15.               Entonces les dijo: Vosotros sois los que os justificáis a vosotros mismos delante de los hombres; mas Dios conoce vuestros corazones; porque lo que los hombres tienen por sublime, delante de Dios es abominación.

INTRODUCCIÓN

En el sermón del miércoles les hablé con el tema: “De creyente a discípulo”. Y hoy veremos de “Discípulo a Mayordomo”, y ciertamente que tiene mucha relación.
Existe una vaga idea entre los creyentes que cada uno de ellos con el paso de los años automáticamente crecerán y ocuparán mayores cargos en la iglesia.
Ahora bien, que los hombres piensen y gobiernen de esta forma no significa que Dios esté de acuerdo con ella.
Hoy muchos caen en el engaño de la apariencia, porque la iglesia le ha nombrado con algún cargo de responsabilidad, se contenta y considera automáticamente que Dios también le considera apto para ese cargo, es a manera de justificar su fe y conducta espiritual.
Y finalmente se puede ver que ese hombre ya no cambia más, ya no se discipula más, no se somete tan fácilmente a las enseñanzas; porque se considera suficiente, que está en el lugar y cargo que está porque Dios le ha puesto ahí, que está aprobando su vida y sus obras en la iglesia. Y su cuello se endurece por la soberbia.
Hoy vemos cómo el hombre rico recibe la denuncia de que su mayordomo es un disipador de sus bienes.
¿Por qué todo esto? Porque hoy la Biblia dice: ¿quién os confiará lo verdadero?
Pues justamente aquí viene la discrepancia, muchos consideran que ese cargo de responsabilidad dentro de la iglesia es su mayordomía, es decir, que es la mayordomía que Dios le ha dado. Y cuanto más asciende en cargos de responsabilidad en la iglesia, el hombre piensa que Dios le tiene más en cuenta; concluye que es un siervo de Dios fiel.
Y he aquí está la diferencia y la discrepancia en el entendimiento de la Palabra, y todo esto porque la manera de ver y de entender la Biblia es diferente con la vida actual en las iglesias.
Primeramente es causado por el planteamiento de la sana doctrina, o según los términos que he utilizado durante los últimos sermones, cómo entiende cada constructor el plano que nos ha dado Dios para sobreedificar a cada persona.

DE INCRÉDULO A CREYENTE

Si le ponemos una parábola con qué comparar, esta es la parte comparable al sembrador que sale a sembrar y encuentra a 4 tipos de suelos o corazones de hombres.
Es la etapa de la persona quien pisa por primera vez la iglesia como creyente de Jesucristo. Es el tiempo de aprender la Palabra de Dios, es estudiarla, es practicarla, es aprender a llevar una vida de oración, de leer la Biblia. Ahora conoce que existe un Dios quien está vinculado con su vida diaria.
Y el creyente, debe pasar por las diferentes etapas, primeramente debe vencer los pedregales. Porque tiene los primeros conflictos con las persecuciones, con las dificultades que encuentra en su familia, en sus parientes y amistades.
Aprender a confiar en Dios cada día un poco más, notar cómo Dios está en medio de su vida obrando. Que es un Dios Omnipresente, que es un Dios Omnipotente y Omnisciente. Saber cuándo se debe y cómo se recurre a Dios para cada momento, son los intereses fundamentales en esta etapa. Claro que poner correctamente las piedras de la sana doctrina le asegurará un crecimiento fuerte, sano y equilibrado.
En el antiguo testamento, a esta etapa también Dios dice: “No solo de pan vivirá el hombre sino de toda la Palabra que sale de la boca de Dios”.
Luego vendrá la etapa de los espinos, donde el creyente se enfrenta con los problemas relacionados con las riquezas, con el dinero, con la falta de dinero, con las necesidades y la forma de resolver los problemas que le suceden.
La iglesia y la vida de relacionamiento con Jesucristo por medio del Espíritu Santo va creciendo. Aprende a escoger a favor de Dios, aprende a dedicar un poco de su tiempo, de su riqueza, de su esfuerzo; aprende al mismo tiempo a sacrificar algo personal.
En esta etapa sus hábitos, las costumbres, su forma de pensar, su sentimientos, sus palabras cambian radicalmente porque aprende la Palabra de Dios.
También es la etapa cuando el pobre, el cojo, el perniquebrado, el ciego es sanado; en su vida, en su alma, en su espíritu.

DE CREYENTE A DISCÍPULO

Ciertamente no existe una frontera bien específica o delimitante para precisar a partir cuándo o dónde uno deja de ser creyente novato a discípulo, pero tiene mucha relación con la práctica constante.
El compromiso que asume dentro de la fe y basado en la Biblia es más firme con Dios, es una parte donde la persona comienza a aprender que su vida en Cristo y su vida para Jesús es mucho más grande que su propia vida.
Así como los discípulos para seguir a Jesús dejaron sus redes de pescadores, sus barcos, su mesa de cobrador para seguir a Jesús. Esta es una etapa de grandes decisiones, no estoy hablando acerca del carácter específico de aquellos que son deseosos de ser pastores, sino cada creyente se liga y se compenetra más para vivir plenamente según la Biblia en medio del mundo.
Y también les he dicho que el paso del creyente a discípulo no es una opción, sino que todos y cada uno debe ser discipulado; porque dice Dios: porque os digo que ninguno de aquellos hombres que fueron convidados, gustará mi cena. (San Lucas 14:24)

Pues cuando conocieron a Jesús eran pobres, cojos, ciegos, perniquebrados; fueron sanados, bendecidos, alimentados, se hicieron ricos, hacendados, se casan, se compran bueyes. Mas después dice que se olvidan de la gracia recibida; por eso no gustarán de la cena de Dios.
Y les había dicho que toda invitación a la cena, al contrario de lo que usualmente las personas entienden este pasaje de San Lucas 14:15-24, no son los incrédulos quienes se rehúsan a dejar sus haciendas, bueyes y esposas para participar de la cena. Más bien son los creyentes, quienes luego de ser recogidos por Dios, vestidos de su desnudez, sanados luego de su cojera, enriquecidos, hoy son ricos pero se olvidan y relegan a Dios en su vida diaria.
A la gran cena de Dios hay que poder acudir en cualquier momento, sea en tiempos de siembra, en tiempos de siega. Eso es ser discípulo, que pueda dejar de lado inclusive la hacienda recién adquirida porque Dios pide que hagas un ministerio, que prediques, que testimonees cuando hay apuro en tus negocios o estés casado. Eso es ser discípulo.
Mas cuando estos creyentes se olvidan de la primera gracia, si se enriquecieron y se olvidaron de Jehová Dios y pasaron a afanarse en sus quehaceres, dice Dios que no gustarán de su cena y serán reemplazados nuevamente por otros pobres, cojos, mancos, ciegos; para que su cena esté llena de comensales. Que inclusive aquellos que antes ni eran tenidos en cuenta serán llamados, aquellos que eran gentiles, aquellos que Dios había denegados como los moabitas y los amonitas también serán forzados a entrar. Así sucedió con los judíos quienes fueron reemplazados por los gentiles para levantar celos: Así también aun en este tiempo ha quedado un remanente escogido por gracia. Y si por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no es gracia. Y si por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra. ¿Qué pues? Lo que buscaba Israel, no lo ha alcanzado; pero los escogidos sí lo han alcanzado, y los demás fueron endurecidos; como está escrito: Dios les dio espíritu de estupor, ojos con que no vean y oídos con que no oigan, hasta el día de hoy. Y David dice: Sea vuelto su convite en trampa y en red, en tropezadero y en retribución; sean oscurecidos sus ojos para que no vean, y agóbiales la espalda para siempre. (Romanos 11:5-10)

Por eso, el paso de creyente a discípulo no es una opción, no es algo que si tú deseas, lo haces; si no lo deseas simplemente asistes a la iglesia. Porque dice luego: Pues si algunas de las ramas fueron desgajadas, y tú, siendo olivo silvestre, has sido injertado en lugar de ellas, y has sido hecho participante de la raíz y de la rica savia del olivo, no te jactes contra las ramas; y si te jactas, sabe que no sustentas tú a la raíz, sino la raíz a ti. Pues las ramas, dirás, fueron desgajadas, pero tú por la fe estás en pie. No te ensoberbezcas, sino teme. Porque si Dios no perdonó a las ramas naturales, a ti tampoco te perdonará. Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios; la severidad ciertamente para con los que cayeron, pero la bondad para contigo, si permaneces en esa bondad; pues de otra manera tú también serás cortado. (Romanos 11:17-22)

Y se dan cuenta que no tiene nada que ver con los cargos que se dan en la iglesia, no estamos hablando solamente de los servicios que uno hace los domingos como enseñar, como ser tesorero, como ser ujier de la casa de Dios, como maestro, como voz en el coro.
Además según los mandamientos de un día de reposo, nadie iría a ver a su hacienda un día de reposo, nadie iría a probar sus bueyes, sino la cena se realiza en otro día. Porque eso se hace en día laborable, y aun en día laborable, el creyente debe ser capaz de apartar sus negocios, acomodarlos, sacrificarse, reordenar sus actividades para cumplir con algún mandato de Dios. Eso es ser discípulo.

DE DISCÍPULO A MAYORDOMO

Como su nombre lo dice, el discípulo es la persona quien está aprendiendo, quien se está entrenando bajo un maestro o pastor.
El mayordomo es la persona quien por sí solo sabe realizar su obra, no necesita de una supervisión constante. Que tiene iniciativa propia, quien sabe aprender por sí mismo, quien se corrige a sí mismo, quien por sí mismo sabe exigirse, es disciplinado, ordenado. Es más hace el trabajo como si fuera suyo propio.
También según el texto de hoy vemos que está a cargo de  los bienes de su señor.
El don es dado a cada uno de nosotros según el deseo del Espíritu Santo, según el requerimiento de este tiempo y obra de Dios que será requerida a su tiempo.
Por eso, el tiempo de discipulado es largo pero debe ser hecho dentro de las especificaciones de Dios, porque te es dado el don pero a ti corresponde el perfeccionarlo, el desarrollarlo, y toda una serie de conocimientos necesarios para saber utilizarlo según la voluntad de Dios.
Hoy muchos buscan los dones para alabarse a sí mismo, en cambio en la Biblia vemos cómo Dios concede los dones a cada hombre específicamente según la obra que debían hacer en ese tiempo. El mayordomo no es un profesional liberal, sino encargado específicamente de los asuntos del Señor. Y siempre que esté haciendo el encargo, y el amo cuando le encuentre haciendo en la hora que sea, en el tiempo que venga a verificar y lo encuentre así; ése será alabado y será puesto sobre más.
El paso de discípulo a mayordomo está supeditado a cómo desarrollas tu “don” como discípulo, sin importar el tiempo, tus negocios, venciendo muchos obstáculos. E incluso con respecto a José, vemos que estuvo practicando el don para juzgar, para administrar, para gobernar desde una casa como mayordomo de Potifar, hasta que un día llega a ser el segundo de Faraón. Más también fue un hombre muy entendido en los sueños y en su interpretación.
José es el mayordomo de Dios en Egipto para salvar a su familia y a la familia de su padre, y asentar las bases para que sean una gran nación.
Especialmente el mayordomo es quien ha desarrollado el don recibido y en ello se dedica plenamente.

MAYORDOMO DE DIOS

A diferencia de la terminología e identidad de mayordomía utilizada por las iglesias, el concepto de mayordomo tiene relación directa a un siervo responsable a cargo de los bienes que Dios deja y encarga a sus hijos hasta el tiempo de su vuelta.
Por ello, nadie puede autonombrarse “mayordomo de Dios”, pues ese título recibe la persona quien es fiel en toda la casa de Dios y además:

·        DESARROLLO DE SUS CONOCIMIENTOS Y FE: 
es cuestión imprescindible que el creyente para ser mayordomo de Dios conozca a Jehová Dios, que sea fiel en toda la Palabra y doctrina. Igualmente debe saber discernir y tomar decisiones fieles a los ojos de Dios.

·        DESARROLLO DE SUS DONES: 
el creyente cuando no desarrolla su don, es un hombre no muy diferente a cualquier otro mortal; mas cuando desarrolla el Poder de Dios, es mudado a otra persona. Y vemos cómo cada hombre de la Biblia recibió un don específico y en ello era muy, pero muy bueno y capaz.

·       DESARROLLO DE LA FIDELIDAD: 
como dice la palabra de Dios hoy: el que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto. Siempre cada hijo de Dios es probado primero y luego de mucho tiempo, cuando el Señor sepa que tu corazón no cambiará por la riqueza, por la gloria, por otros atractivos; cada día Dios entregará un poco más hasta que realmente recibas lo que es tuyo, lo verdadero. Y es importante que puedas ver los años de fidelidad y preparación que exige Jehová a sus siervos para tener una idea.

·       FIELES EN LAS RIQUEZAS INJUSTAS: 
hoy la palabra de Dios habla de cómo un mayordomo es cesado en sus funciones, un hombre rico que tenía un mayordomo, y éste fue acusado ante él como disipador de sus bienes. Entonces le llamó, y le dijo: ¿Qué es esto que oigo acerca de ti? Da cuenta de tu mayordomía, porque ya no podrás más ser mayordomo (v. 1-2). Hay que saber que Dios no es tonto, ni encarga a alguien como mayordomo sin estar seguro y puesto a prueba varias veces, incluso suficientemente antes de confiarle lo “verdadero”, lo que es “vuestro”. Hoy por hoy, muchos piensan que un ministerio, una iglesia, una multitud de asistentes a la iglesia es considerado como “lo verdadero y que ha recibido lo suyo” y se contentan. Mas lo verdadero no se relaciona netamente con “riquezas” sino con una relación de intimación muy estrecha con Dios el Padre.

·        MAYORDOMO EN QUIEN SE CONFÍA LO VERDADERO:
tanto José, como Daniel tenían dones para interpretar sueños; pero fueron discipulados, muchas veces puestos a llevar cargas injustamente, pero aún en esos años de dificultad buscaron a Dios y sus corazones fueron fieles; también se pusieron a desarrollar sus dones sin pausa, tanto es así que Daniel era conocido y reconocido como: Beltsasar (Daniel), jefe de los magos, ya que he entendido que hay en ti espíritu de los dioses santos, y que ningún misterio se te esconde, declárame las visiones de mi sueño que he visto, y su interpretación. (Daniel 4:9)

¿Qué es lo verdadero? No es el dinero, ni la riqueza y menos la gloria momentánea, tampoco es el “don del Espíritu Santo”, sino que el don es un instrumento del Poder de Dios que te es confiado. Mas lo verdadero tiene relación con la obra de Dios en el tiempo que vives, con las personas que están bajo tu dominio, y el tiempo de las obras del reino de Dios. Verán que a José lo verdadero fue confiar el destino de vida y preservar la vida de la familia de Israel. La de Daniel fue conservar la vida de los judíos hasta que se cumplan los setenta años de cautiverio en Babilonia. La de Moisés fue rescatar al pueblo según la promesa hecha a Abraham en el pacto y sacarlos con mano poderosa de Egipto haciendo todas las señales y establecer el pacto con el pueblo, entregando los mandamientos.

·        EL MAYORDOMO FIEL QUE RECIBE LO SUYO: 
¿Qué fue lo suyo para José, para Daniel, para Moisés? Por medio del discipulado y de la mayordomía finalmente conocieron lo suyo, lo que Dios les entregó por su fidelidad.
Ahora, ¿qué es lo tuyo? ¿Qué es lo verdadero que has recibido de Dios? Y muchos no conocen qué les ha concedido Dios porque no se quieren discipular; porque prefieren la música y alabanzas al estudio y la meditación, pierden su tiempo en cualquier otra cosa antes que obedecer y practicar las Palabras de Dios.

Por eso dice Jesús y dijo el Señor: ¿Quién es el mayordomo fiel y prudente al cual su señor pondrá sobre su casa, para que a tiempo les dé su ración? Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así. En verdad os digo que le pondrá sobre todos sus bienes. Más si aquel siervo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir; y comenzare a golpear a los criados y a las criadas, y a comer y beber y embriagarse, vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe, y le castigará duramente, y le pondrá con los infieles. (San Lucas 12:42-46)

Ser mayordomo de Dios no significa únicamente tu obra y servicio en la iglesia para los hermanos y para Dios.
Sino mayordomo de Dios según la amplitud de la Palabra y según como son indicados en la Biblia se habla de cómo tú eres un mayordomo de Dios, preparado, fiel y temeroso de Jehová para gobernar, para salvar, para guiar al pueblo de Dios en este mundo.
Y cada uno de nosotros tenemos un propósito de Dios, cada uno tenemos un don y desarrollando ese don espiritual es nuestro discipulado. Si para desarrollar ese don hemos de recorrer calles, ser humildes, ser humillados, ser sufridos, aprender el padecimiento, el hambre, la sed. Es porque estamos buscando nuestro puesto y ocupar el lugar de “Mayordomo de Dios.”
Hoy cada iglesia y cada pastor tienen un concepto y principio acerca de la mayordomía; saberlo es importante, mas guiar a los creyentes metódicamente y hacerles llegar a lugar, tiempo y capacidad requerida por Dios es más importante. Algunos lo consiguen, otros creen que alcanzaron y no es lo verdadero, otros están todavía discipulándose y otros muchos están completamente perdidos en frutos infructuosos.
Incluso están los perezosos, los que rehúsan, los que siempre se excusan, también los disipadores; a todos ellos Dios les pondrá con los infieles.

CONCLUSIÓN
El pueblo creyente de Dios en Jesucristo Señor Nuestro es grande, es una multitud como las estrellas del cielo y como la arena a la orilla del mar. Más como vemos en los ejemplos de la Biblia, los hombres que guían a este pueblo tan inmenso son unas pocas personas, que son fieles en su época. Y Dios trabaja con esas personas en particular.
Hoy también Nuestro Buen Dios y Padre Celestial busca hombres con fe y con convicción capaz de confesar y defender la obra de Dios como aquel Caleb quien defendió a Jehová delante de la multitud incrédula: Y Josué hijo de Nun y Caleb hijo de Jefone, que eran de los que habían reconocido la tierra, rompieron sus vestidos, y hablaron a toda la congregación de los hijos de Israel, diciendo: La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra en gran manera buena. Si Jehová se agradare de nosotros, él nos llevará a esta tierra, y nos la entregará; tierra que fluye leche y miel. Por tanto, no seáis rebeldes contra Jehová, ni temáis al pueblo de esta tierra; porque nosotros los comeremos como pan; su amparo se ha apartado de ellos, y con nosotros está Jehová; no los temáis. (Números 14:6-9)
Persevera como discípulo siendo fiel a Jesucristo en todo, y en tu tiempo llegarás a ser el mayordomo fiel de Dios.
Que Dios te bendiga. 


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Te saludan los Pastores Alejandro y Mariela González desde Uruguay