La mayoría de los cristianos de hoy día
ignoran la naturaleza de los espíritus malignos o de los demonios y en muchas
iglesias este es un tema que ni siquiera se menciona. Los líderes de estas
instituciones eligen evitar o ignorar el tema por miedo a "meterse en
cosas que estás más allá de lo que ellos pueden entender". El resultado de
esta ignorancia es una vida llena de tormentas sin saber de dónde procede todo.
Una de las representaciones más nocivas de
la Verdad de Dios es que nosotros los cristianos no debemos preocuparnos con
pensamientos de que un demonio podría ser la causa de nuestros problemas. Esto
se enseña en muchas iglesias y este tipo de enseñanzas le proporciona a Satanás
un "camino recto y limpiecito" hacia las vidas de los cristianos,
trayendo a sus vidas MIEDO, TORMENTO MENTAL, CELOS, ODIO, LUJURIA, ORGULLO,
ADICCIONES, y muchas otras formas de dependencia, opresión y esclavitud.
Cuando practicamos lo malo sabiendo lo que
estamos haciendo, Satanás eventualmente envía uno de sus demonios que sea
compatible con este pecado en particular a morar entre nosotros. Y cada vez que
nosotros cometemos el pecado, ese espíritu toma control de nuestras vidas y se
va arraigando más y más.
La personalidad del demonio se va
familiarizando y mezclando más y más con la de su víctima y entonces se
necesita discernimiento espiritual para identificarlos. Tenemos que recordar
que los demonios son espíritus, por tanto, "espíritus invisibles".
Los demonios fueron creados con inteligencia y ellos usan esa inteligencia,
ahora orientada hacia el mal, para expresar sus deseos pervertidos a través de
nosotros. Estos espíritus son enviados por Satanás y cada uno tiene su
personalidad y gustos individuales que los hacen seres vivos, inteligentes y
con sus propias agendas.
Los demonios oyen, hablan, ven, obedecen,
buscan, piensan, conocen, y se apropian de nuestros cuerpos, y hasta de los
cuerpos de animales y objetos, para poder actuar en el mundo material donde
somos nosotros quienes nos convertimos en sus agentes. Para referencias
bíblicas consultar Mateo 12:43-45, y Marcos 1:23-24,3:11).
Las buenas noticias son que hasta los
demonios ha quedado sujetos a Cristo por su expiación en el Calvario. Dice la
Biblia que a Cristo le fue dado un nombre que es sobre todo nombre. La Biblia
también nos dice que a nosotros se nos ha dado la autoridad de usar ese nombre
que es sobre todo nombre. Eso también incluye a los demonios. Esas son buenas
noticias mi estimado amigo.
A menudo llamamos a Satanás el Demonio. Sin
embargo, ese no es el nombre más apropiado para Satanás. Satanás no es un
simple demonio. Cuando Satanás fue creado fue creado grande y mucho mayor que
los demonios. Él era un Arcángel o mayor aun y es por eso que los demonios se
le someten a él. Satanás además cuenta con el apoyo de ángeles caídos, los
cuales no son demonios tampoco. Los ángeles caídos están por encima de los
demonios y éstos tienen mayores tareas y responsabilidades ante Satanás que los
demonios. En otras palabras y analógicamente, Satanás es el General, los
ángeles caídos son los oficiales y los demonios son los soldados.
MISIÓN DE LOS DEMONIOS
Los demonios y los ángeles caídos tienen
asignaciones diferentes. Cada uno puede ser reconocido por la forma de
manifestarse. Ahora usemos la Palabra de Dios para enterarnos de cuál es la
verdad acerca de este controversial tema, sin importar lo que diga su líder
religioso (algunos de esos irresponsables líderes son los que, desde los
tiempos de Jesús, tienen a la gente en la miseria espiritual).
¿PUEDE UN CRISTIANO TENER UN DEMONIO?
Una de las artimañas más sutiles de Satanás
es causar división entre los cristianos, ya que así puede trabajar libremente
en ambos lados de la pelea. Para responder esta pregunta no vayamos muy lejos y
usemos EXCLUSIVAMENTE la Biblia. Para entender si un cristiano puede tener un
demonio tenemos que entender dos factores principales de los problemas de los
cristianos.
El primer problema es lo que Pablo llamó
"la carne" en Romanos 8:5-8, "Porque los que viven conforme a la
carne, de las cosas que son de la carne se ocupan; más los que conforme al
espíritu, de las cosas del espíritu. Porque la intención de la carne es muerte;
más la intención del espíritu, vida y paz. Por cuanto la intención de la carne
es enemistad contra Dios; porque no se sujeta a la ley de Dios, ni tampoco
puede"
La "carne" es definida como la
"mente carnal" y se dice que está en enemistad con Dios. La mente
carnal se encuentra en el espíritu del hombre. Después de que un cristiano
experimenta el "nuevo nacimiento" él es una nueva criatura. Sin
embargo, él aún tiene el problema de morar en el interior de un cuerpo, sin
importar que ahora el Espíritu de Dios vive en él. Su mente aún no ha sido
renovada por la Palabra de Dios, así que a no ser que él considere el
"hombre viejo" como muerto cuando llega la tentación, él le falla a
Dios y cede a los deseos de la "carne".
Para mantenerse caminando en el Espíritu,
uno debe dedicar totalmente su vida a Dios y continuamente decidir por el
camino de Dios. La "carne" y el resto del mundo están bajo el dominio
de Satanás, así que cuando pecamos, nos postramos ante un ataque del maligno de
forma indirecta.
¿Acaso no saben ustedes que, cuando se
entregan a alguien para obedecerlo, son esclavos de aquel a quien obedecen?
Claro que lo son, ya sea del pecado que lleva a la muerte, o de la obediencia
que lleva a la justicia." Romanos 6:16
La manera de deshacerse del mal en esas
circunstancias es someterse al Señor y resistir a Satanás para que tenga que
huir (Santiago 4:7). Nosotros tenemos que crucificar nuestra carne y escoger lo
que el Espíritu nos dice que debemos hacer en cada circunstancia.
"Los que son de Cristo Jesús han
crucificado la naturaleza pecaminosa, con sus pasiones y deseos" (Gálatas
5:24).
SUCIEDAD EN LA CARNE Y EN EL ESPIRITU
La segunda causa de los problemas internos
del cristiano son espíritus malignos o demonios que Satanás ordena que se
adhieran a alguna parte de nuestra "carne" que todavía no ha sido
vencida. Estos demonios no abandonan su posición a no ser que se le ordene que
lo hagan. Algunas personas dicen que un cristiano no puede ser poseído por demonios.
Ellos dicen que el Espíritu ahora mora en ellos y que un espíritu maligno no
puede coexistir en su cuerpo. Debido a esta enseñanza equivocada, muchos están
aprisionados por las tinieblas ¡PUDIENDO ESTAR LIBRES!
Esta creencia equivocada es contraria a lo
que enseñan las Escrituras. II Corintios 7:1 dice: "Como tenemos estas
promesas, queridos hermanos, purifiquémonos de todo lo que contamina el cuerpo
y el espíritu, para completar en el temor de Dios la obra de nuestra
santificación."
En verdad el Espíritu Santo no necesita
limpieza, pero el espíritu del hombre y su carne tienen áreas que necesitan ser
aseadas y los espíritus diversos que puedan estar adheridos a ellas deben ser
reprendidos. Jesús dijo que nuestras casas eran como casas que servían de
moradas a los espíritus, y especificó que después de haberlas limpiado, si no
continuábamos llenándola del Espíritu de Dios, eventualmente un demonio podría
regresar, ¡y regresar con refuerzos!:
"Cuando un espíritu maligno sale de
una persona, va por lugares áridos, buscando descanso sin encontrarlo. Entonces
dice: 'Volveré a la casa de donde salí.' Cuando llega, la encuentra desocupada,
barrida y arreglada. Luego va y trae a otros siete espíritus más malvados que
él, y entran a vivir allí. Así que el estado postrero de aquella persona
resulta peor que el primero." (Mateo 12:43-45).
Esto nos enseña que una porción del reino
de Satanás es un ejército de seres espirituales. Ellos buscan entrar a los
cuerpos de los mortales, hombres o animales.
En una colina estaba paciendo una manada de
muchos cerdos, los demonios le rogaron a Jesús: Mándanos a los cerdos; déjanos
entrar en ellos. Así que él les dio permiso. Cuando los espíritus malignos
salieron del hombre, entraron en los cerdos, que eran unos dos mil, y la manada
se precipitó al lago por el despeñadero y allí se ahogó." (Marcos 5:12).
Los demonios hacen el mal y la persona a
quien poseen paga por el delito. Algunas personas son responsables por el
pecado que ellos permiten a los demonios hacer con su cuerpo, pero a veces el
demonio va más allá de lo que la persona planificó y ahí están los millones de
historias que dicen, "Yo solamente quería asustarla… ¡nunca pensé que la
mataría!". Otros dicen: "Sentí una voz que me decía, ¡mátalo, mátalo,
mátalo! y cuando vine a reaccionar, tenía una pistola humeante en las manos y
mi hermano yacía muerto en el suelo. Yo no quise hacerlo, ¡no quise
hacerlo!"
CADENAS DE INIQUIDAD
Algunos niños nacen bajo maldiciones
generacionales y tienen demonios preasignados que causan su comportamiento
antisocial y errático. Los padres que ignoran esto, casi matan a sus hijos a
golpes. Estos niños se golpean las cabezas, lanzan gritos desesperados, se
muerden su cuerpo, o tienen pesadillas constantes. Esos niños tienen demonios y
necesitan ser liberados mediante la oración. Alguien tiene que reprender esos
demonios. En Marcos 9:20-21 tenemos un espeluznante ejemplo de esta cruda
realidad:
"Así que se lo llevaron. Tan pronto
como vio a Jesús, el espíritu sacudió de tal modo al muchacho que éste cayó al
suelo y comenzó a revolcarse echando espumarajos. ¿Cuánto tiempo hace que le
pasa esto? --le preguntó Jesús al padre. --Desde que era niño -contestó el
padre del niño."
Los demonios pueden atacar aunque no haya
pecado envuelto en el caso de los niños. Los pecados de los padres traen una
maldición, y se forma lo que se llama una "cadena de iniquidad" que
necesita ser rota. Éxodos 20:5-6:
"No te inclinarás a ellas, ni las
honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de
los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me
aborrecen, y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis
mandamientos".
Otra Escritura que habla sobre esta
"cadena de iniquidad" se encuentra en Jeremías 32:18
"... haces misericordia a millares, y
castigas la maldad de los padres en sus hijos después de ellos… "
También ver Jeremías 16:19 e Isaías
14:20-22 los que muestran que nosotros sí heredamos maldiciones generacionales
por las maldades cometidas por nuestros padres, abuelos, bisabuelos, etc.
Los demonios entran cuando la voluntad de
la persona es debilitada y él es dominado por Satanás. Esto es común cuando una
persona sufre una contusión terrible en un accidente que causa mucho miedo en
la persona. Las víctimas de accidentes que pierden la conciencia debido al
golpe en la cabeza a menudo reciben invasiones demoníacas. Durante el vacío
consciente de la persona, un demonio entró y ahora se apodera de la persona.
Los adictos y alcohólicos generalmente quedan tan aturdidos que abren sus
mentes a la invasión demoniaca. Los que más peligro corren son aquellos que
asisten a sesiones espiritistas o se dejan hipnotizar en alguna sesión de
hipnosis. Los demonios entran en las personas por la puerta grande abierta.
Aquellos que se dejan dominar por el pecado
de manera continua también invitan demonios a sus cuerpos. La personalidad del
demonio generalmente es compatible con la persona que viene a poseer. María
Magdalena, por ejemplo, había sido poseída por siete espíritus:
"y también algunas mujeres que habían
sido sanadas de espíritus malignos y de enfermedades: María, a la que llamaban
Magdalena, y de la que habían salido siete demonios" (Lucas 8:2).
CÓMO COMBATIR CONTRA LOS DEMONIOS
El Señor nos revela las artimañas de
Satanás para que los cristianos aprendamos a combatir el enemigo real cuando él
ataque nuestras vidas, en vez de combatirnos a nosotros mismos. Lo primero que
tenemos que hacer es ejercitar nuestra autoridad sobre Satanás, reprendiéndolo
de nuestras vidas y de las vidas de nuestros amados. Tenemos que crecer y dejar
de actuar como niños peleándonos unos contra otros, y tenemos que empezar la
lucha contra el verdadero enemigo, Satanás. La oración es insuperable e
indispensable. Él huirá cuando lo reprendamos en el nombre de Jesús.
Combatamos y resistamos las tentaciones
externas sometiéndonos a Dios y el diablo huirá de nosotros. Si clamamos a Dios
con un corazón contrito y humillado y resistimos la tentación agresivamente, él
no tendrá alternativa que huir de nosotros.
Algo importante que usted no debe olvidar,
si usted no ha experimentado el "nuevo nacimiento," simplemente
hágalo cuanto antes y entonces tendrá la autoridad para reprender.
ORACIONES DE LIBERACIÓN
Después de haber confesado verbalmente a
Jesús, lo cual demuestra su fe, tenemos que confesar el pecado que dio acceso a
Satanás a nuestra vida. Es aquí donde tenemos que reconocer nuestras relaciones
con cualquier culto religioso o práctica oculta.
Confesando nuestros pecados y debilidades
recibimos franqueza y autoridad, además de confiesa para reconocer las mentiras
de Satanás y reemplazarlas con la verdad. Después de esto, con toda confianza y
autoridad podemos reprender demonios y ellos CIERTAMENTE HUIRAN cuando sean
reprendidos en el nombre de Jesús. Cuando la opresión o posición es fuerte,
homosexualidad, sordera, brujería, etc., es conveniente pedir a otros creyentes
experimentados que nos acompañen en la empresa de reprensión.
Este tipo de oración SOLAMENTE debe ser
hecha por cristianos que hayan recibido el "nuevo nacimiento" y que
estén llenos del Espíritu Santo, de otra forma, los demonios saliendo de la
persona liberada podrían adherirse fácilmente a la persona que NUNCA debió
estar presente. En Hechos se nos muestra un caso patético y hasta cómico donde
esto sucedió:
"Algunos judíos que andaban expulsando
espíritus malignos intentaron invocar sobre los endemoniados el nombre del
Señor Jesús. Decían: "¡En el nombre de Jesús, a quien Pablo predica, les
ordeno que salgan!" Esto lo hacían siete hijos de un tal Esceva, que era
uno de los jefes de los sacerdotes judíos. Un día el espíritu maligno les
replicó: "Conozco a Jesús, y sé quién es Pablo, pero ustedes ¿quiénes
son?" Y abalanzándose sobre ellos, el hombre que tenía el espíritu maligno
los dominó a todos. Los maltrató con tanta violencia que huyeron de la casa
desnudos y heridos. Hechos 19:13-16.
Sacar demonios demanda fe y cierto nivel de
conocimiento de lo que se está haciendo. Si a usted le falta la franqueza, el
conocimiento y la fe para reprender demonios, pídale a Dios que se los dé y que
le guíe a personas que puedan cooperar con usted.
Hay personas que se ponen a hablar con los
demonios cometen un error. Satanás es un mentiroso! No se ponga a pelear con el
poseído ni mantenga a la persona poseída sujetada durante el exorcismo. Otros
se ponen a reprender demonios por sus nombres y el fracaso les espera. Si
usamos el nombre de Jesús con autoridad y citamos escrituras que muestran
nuestro derecho a lo que estamos haciendo, los demonios no tendrán otra
alternativa que retirarse. Se han dado casos donde practicantes o novatos usan
métodos inapropiados y los demonios aun así se retiran. De seguro Dios ve los
corazones y nota las buenas intenciones y considerando la ignorancia, honra la
palabra usada.
Recuerde que si no nos mantenemos firmes en
Cristo, perderemos el derecho y la autoridad de echar fuera demonios y hasta de
resistir a Satanás en nuestras propias vidas.
¡Firmes en la fe, que la fe hace moverse
las montañas, cuanto más a los demonios! Si no estamos en comunión cercana con
nuestro Padre, no seremos capaces de discernir sus instrucciones en el proceso
de reprensión. Esa comunión sé mediante la oración y el estudio de la Palabra
constantes.
Pastor Dawlin A. Ureña (Grand Rapids, Michigan, USA)
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