El Don De Profecía (1 Co 12:10)
Traducido simplemente, el término profecía significa
"articular palabras inspiradas". Según 1 Corintios 14:31, todos los
creyentes pueden ejercer este don en algún momento dado como el Espíritu lo
desee. Todos pueden profetizar uno por uno, y no más de tres veces en cada
culto o servicio donde haya creyentes con el don y estén esperando ejercerlo (1
Co 14:29-33).
a. Su Propósito. El propósito de una articulación
profética tal, es:
1) Edificar. Esto significa fortalecer o afirmar a los
creyentes.
2) Exhortar. Entusiasmar a los creyentes. Confrontarlos
y retarlos.
3) Consolar. Hablar palabras de ánimo y consuelo.
Muchas veces una profecía podría incluir estos tres
elementos expuestos anteriormente.
b. Tres Malos Entendidos Acerca De La Profecía:
1) No Deberá Confundirse Con La Predicación. Hoy en día
muchas personas insisten en que el Don de Profecía es la habilidad para
predicar bien. No obstante, la predicación y enseñanza son usualmente el
resultado de la meditación suplicante (que se hace en oración) en la Palabra de
Dios.
Un predicador, por medio de preparar su mente y
espíritu con diligencia, puede ministrar palabras entendibles a la audiencia.
En contraste, el Don de Profecía no es el resultado de
un estudio diligente; por el contrario, es una articulación espontánea hablada
sin premeditación y por inspiración del Espíritu.
2) El Don De Profecía No Es Para Presagiar El Futuro.
Este don es más bien para "articular" que para presagiar. Su
propósito es para la edificación (fortificación), exhortación (animar) y
consolación (dar aliento), y no para procurar la predicción de eventos futuros
(lea 1 Co 14:3).
Cada vez que haya un elemento de predicción dentro de
una profecía, por lo regular se debe a que hay otro don (Palabra de
Conocimiento o Sabiduría) operando en conjunción con éste.
3) Este Don No Es Para Dirección Personal. Si estamos
en necesidad de dirección personal, debemos pedirla a Jesús (Stg 1:5).
Es vital que sigamos tal dirección en las páginas de la
Palabra de Dios, la Biblia. Si una articulación profética viene sobre nosotros
con instrucciones para el futuro, sólo deberá ser para confirmar lo que Dios ya
nos ha mostrado personalmente.
c. Enseñanza De La Escritura Sobre El Don De Profecía:
1) La Profecía Es Para Hablar Sobrenaturalmente A Los
Hombres (1 Co 14:3). Ésta, comunica la mente del Señor a la Iglesia. El profeta
está hablando, por Dios, a los creyentes, para su edificación, exhortación y
consuelo.
2) La Profecía No Requiere Interpretación. El Don de
Lenguas requiere un intérprete; no así la profecía.
3) La Profecía Convence Al Indocto (1 Co 14:15, 16). El
incrédulo, a través de la operación del Don de
Profecía, será:
• Convencido de todos
• Juzgado de todos
• Los secretos de su corazón serán manifiestos
• Se postrará de rodillas ante Dios
• Sabrá que Dios está realmente en medio de los
creyentes
• Adorará a Dios
4) La Profecía Opera De Manera Tal Para Que Los
Creyentes Aprendan (1 Co 14:31). Esto no se refiere a la enseñanza que
normalmente viene de la exposición de la Palabra de Dios a través del
ministerio del maestro. Por el contrario, es aprender de las verdades
espirituales a través de la unción del Espíritu. Tales enseñanzas deben ser
probadas por la Palabra de Dios escrita antes de que sea ingerida.
Este versículo también significa que aquéllos que han
venido nuevos a la fe de Cristo, pueden aprender a cómo utilizar el Don de
Profecía. Deberá haber reuniones de aprendices, así como las había en las
"escuelas de los profetas" en el Antiguo Testamento.
5) Cada Uno Deberá Desear Y Codiciar Este Don (1 Co
14:1, 39). Por tales medios podemos ser usados de Dios para el estímulo de su
pueblo.
6) La Persona Operando El Don Es Responsable De Su Uso
O Abuso (1 Co 14:32). La profecía no es una articulación sin control. Tampoco
el profeta está bajo cualquier trance o control mental. Él no está haciendo ni
diciendo algo que sea contra su voluntad. El Don de Profecía está sujeto al
profeta. Es él quien habla en lugar de Dios; el profeta está en control de la
articulación o de lo que va a decir en todo tiempo.
7) Debido A Que Quienes Profetizan Pueden Cometer
Errores, La Profecía Tiene Que Ser Juzgada (1 Co 14:29; lea Dt 18:20-22; Jer
14:14, 15; 23:30). Vea la Sección D2 para más detalles sobre esta importante
enseñanza.
8) Pautas Para Juzgar Una Profecía:
a) Éstas, Nunca Deberán Contradecir La Palabra De Dios
Escrita. Por consiguiente, cada articulación profética debe ser
"probada" por la Palabra de Dios. Dios nunca le dirá que haga algo en
profecía que esté prohibido en Su Palabra.
b) Ésta, Siempre Deberá Exaltar A Jesucristo Y Nunca
Denigrarlo.
c) Deberá Edificar, Exhortar Y Consolar A Los
Creyentes. Nunca deberá dejarlos confusos, inseguros, acongojados.
d) Deberá "Dar Testimonio De La Verdad" Entre
La Mayoría De Los Creyentes Presentes, especialmente los más maduros, quienes
frecuentemente son los más utilizados para vocalizar o articular los Dones.
e) Nunca Deberá Interrumpir El Espíritu De Servicio,
Aunque Puede Cambiar Su Curso.
f) Si Predice Que Algo Ha De Suceder, Tal Evento Deberá
Ocurrir.
g) Deberá Pasar El Examen O "Prueba Del
Fruto" (Mt 7:16). Hablando de los falsos profetas, Jesús declaró:
"Por sus frutos los conoceréis".
Debemos proteger al rebaño de cualquier profecía
articulada por alguien cuya vida y testimonio sea un reproche a la causa de
Cristo.
9) Cómo Profetizar. Manténgase reposado. No esté bajo
ninguna clase de tensión.
Espere tranquilamente en el Señor en su Espíritu.
Mantenga su mente abierta a Su voz. Cuando sienta el impulso del Espíritu
dentro de su espíritu, entréguese a Dios como un canal para que fluya a través
de él. Recuerde que el Don opera por fe.
Comience a hablar cualquier cosa que Dios le impulse.
Mantenga el mensaje sencillo y claro. Mientras está hablando, espere
silenciosamente en Él para el resto del mensaje. No profetice más allá de la
proporción de su fe (Ro 12:6). Discierna cuando el Espíritu haya concluido y,
luego, deténgase.
6. La Palabra De Sabiduría (Conocimiento) (1 Co 12:8)
DEFINICIÓN: Una Palabra de Sabiduría o Conocimiento, es
un artículo pequeño o un fragmento del conocimiento de Dios dado por el
Espíritu Santo a una persona.
Ésta, nos otorga ciertos hechos e información por vía
de la revelación divina provista por el Espíritu Santo. Tal información, era
previamente desconocida para la persona, y el conocimiento no pudo haber sido
recibido por ningún medio natural. Es impartido sobrenaturalmente.
a. Ejemplos De La Escritura:
1) En El Ministerio De Jesús. Jesús sabía ciertos
hechos acerca de Natanael antes de que le conociera (Jn 1:47-50). Jesús conocía
muchos datos acerca de la mujer de Samaria, aunque Él nunca la había visto
anteriormente (Jn 4:18-20).
Ella se asombró por la exactitud de Su conocimiento
concerniente a su vida pasada y presente. El ejercicio de la Palabra de
conocimiento trajo eventualmente un poderoso avivamiento sobre aquella ciudad.
2) En La Iglesia Primitiva. Ananías recibió información
específica y detallada acerca de Pablo, a quien nunca antes había conocido. Él
conocía exactamente la calle y la casa en la cual él estaba hospedado. Él sabía
que Pablo estaba orando en aquellos precisos momentos y que cuando Ananías
impusiera sus manos sobre él, recibiría su vista (Hch 9:10-20).
3) El Antiguo Testamento. En 2 de Samuel 12:1-14, Dios
le reveló a Natán ciertos datos y detalles concernientes a la transgresión de
David.
b. Distinción. Una Palabra de Sabiduría o Conocimiento
es diferente o distinta del conocimiento humano obtenido a través de los medios
naturales.
Una Palabra de Sabiduría o Conocimiento no puede ser
recibida por medio del aprendizaje intelectual o por medio del estudio de
libros o la participación en cursos de estudio académicos en colegios o
universidades. Tampoco es la habilidad para estudiar, entender o interpretar la
Biblia.
c. Su Empleo En Las Escrituras:
1) Para Revelar El Pecado (2 Sam 12:1-10; Hch 5:1-11).
2) Llevar Las Almas A Dios (Jn 1:47-50; 4:18-20).
3) Para Conferir Dirección (Hch 9:11).
4) Para Ministrar Animo En Tiempos De Abatimiento (1 R
19:9-18).
5) Para Impartir Conocimiento De Eventos Futuros (Hch
11:27, 28).
6) Para Revelar Las Cosas Ocultas (1 Sam 10:22).
d. La Operación De Este Don:
1) Es Sobrenatural En Su Carácter, no obtenido por
lógica o deducción, razonamiento, etc.; no por los sentidos naturales, sino por
revelación sobrenatural a través del Espíritu Santo.
2) Este Opera Por Fe. La persona recibe tal revelación
por fe.
3) La Revelación Es Recibida En Nuestro Espíritu, no en
el intelecto o en las emociones.
4) No Es Esencialmente Un Don Vocal. Puede ser recibido
quedamente en el interior de la persona, en su espíritu o en ocasiones
audiblemente (Hch 9:11).
5) Puede Venir A Ser Vocal Cuando Se Comparte Con Otros
(Jn 4:4-7; 18).
6) Cualquier Cristiano Lleno Del Espíritu Que Esté
Dispuesto A Escuchar La Voz De Dios, Puede Experimentar Este Don.
7) Es Una Posesión De Valor Incomparable En El
Ministerio Del Asesoramiento U Orientación.
8) La Acción Y Reacción Obediente Son Esenciales para
la operación continua de este don en el ministerio de un creyente.
9) Es Manifestado Frecuentemente En Conjunción Con La
Palabra De Ciencia. Ésta, es la ciencia divinamente impartida para saber qué
cosa hacer acerca de la Palabra de Conocimiento o Sabiduría y cómo aplicarla
correcta y sabiamente.
Fuente: cayadopastoral.com
APRENDA A JUZGAR PROFECÍA
Por R. Edward Miller, Argentina
El Punto De Vista Bíblico
He descubierto un interés creciente en la operación
maravillosa y poderosa de uno de los Dones del Espíritu: el don de Profecía: la
articulación [extática] del Espíritu a través de la mente y labios de un hombre
o una mujer. Considero que un estudio breve de "preguntas y
respuestas" sería benéfico y oportuno.
A. ¿ES LA PROFECÍA SIEMPRE PERFECTA?
1 Corintios 13:9, 10 enseña: "Porque en parte
conocemos, y en parte profetizamos". La palabra enseña que la profecía es
un estado imperfecto, y es "en parte".
1 Tesalonicenses 5:20, 21 dice: "No menospreciéis
las profecías. Examinadlo todo; retened lo bueno". El no ignorar las
profecías o el profetizar es un mandamiento directo de la palabra. Pero las
palabras que siguen: "Retened lo bueno", claramente implican que
habrá algunas que no serán buenas o perfectas, en las cuales, el creyente no
deberá afianzar su fe.
No debemos menospreciar el don ni sus operaciones; sin
embargo, debemos reconocer los canales imperfectos a través de los cuales éste
viene.
Por lo tanto, la profecía tiene que ser probada y
juzgada cuidadosamente antes de que sea aceptada como una palabra genuina y
perfecta de parte del Espíritu de Dios.
B. ¿CUÁLES SON LAS DIMENSIONES SEGURAS DE LA PROFECÍA?
1 de Corintios 14:3 declara: "Pero el que
profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y
consolación". Esas son usualmente las tres dimensiones de la profecía en
las que el estudiante puede practicar su don con toda humildad y sin temor, y
con todo, en santa reverencia: para edificación, exhortación y consolación.
1 Corintios 14:31 dice: "Porque podéis profetizar
todos uno por uno, para que todos aprendan…".
Obviamente existe algo que aprender. Es razonable que
cuando uno está aprendiendo, inevitablemente cometerá algunos errores. Tales
errores no tienen porqué ser impedimento para los que desean seguir al Señor en
humildad y sinceridad.
Debe permanecer dentro de los límites de las
dimensiones del aprendizaje de:
1. La Edificación
(la edificación del oyente en fe, amor y el Espíritu
Santo).
2. La Exhortación
(la urgencia del oyente de presionar hacia el blanco
con mayor amor y actividad espiritual);
3. El Consuelo
(llevando la paz y consolación al cansado, al herido y
afligido).
C. ¿VIENE LA CONDENACIÓN DE DIOS?
Juan 3:17 enseña: "Porque no envió Dios a su Hijo
al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él".
Romanos 8:34 formula la pregunta que se contesta a sí
misma:
"¿Quién es el que condenará? Cristo es el que
murió".
Él llevó todos nuestros pecados [la condenación y la
muerte] sobre la cruz.
Así que, la profecía de condenación jamás puede ser la
obra del Espíritu Santo. El Espíritu puede reprender, exhortar y reprobar; sin
embargo, lo hace con gran ternura, siempre influenciando a la persona para que
se arrepienta en amor, mostrándole el camino de salida (escape) al problema. El
Espíritu Santo nunca abandona a la persona en un foso profundo donde impera la
depresión y condenación sin mostrarle Su misericordia y esperanza de rescate de
tal foso, y levantarle hasta alcanzar Su estado de perdón compasivo.
Tales profecías de condenación, que por lo general son duras
y devastadoras al que las recibe, deben ser reconocidas como de otro espíritu y
no del Espíritu de Cristo.
D. ¿CUÁL ES EL RECURSO DE LA PROFECÍA?
Las Escrituras enseñan claramente que la profecía puede
ser motivada por uno de los siguientes tres recursos:
1. El Espíritu Humano
-uno hablando de su propio corazón (Ez 13:2, 3).
2. Un Espíritu De Mentira
-procedente del maligno (2 Cr 18:21).
3. El Espíritu Santo
-el verdadero espíritu de profecía que proviene de lo
alto, impulsado por el Espíritu Santo.
4. Una Mezcla De Los Tres
-o la profecía puede que sea una mezcla de cualquiera
de los tres anteriores.
Está el ejemplo clásico del Apóstol Pedro hablando la
Palabra inspirada de Ciencia [Conocimiento, Sabiduría] cuando dijo:
"Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios
viviente".
Jesús testificó que la carne y la sangre no se lo
habían revelado, sino más bien el Padre. La fuente de aquella articulación
profética fue el Padre.
Luego, unos minutos más tarde, Jesús se volvió y
reprendió a Satanás, quien hablaba a través de los labios del mismo apóstol.
Jesús estaba mostrándole a Pedro cuán fácil y
rápidamente el espíritu del mal podía usar los labios de uno que ama al Señor
para hablar sin que tal persona ni siquiera se dé cuenta.
Lo que Pedro habló, fueron palabras muy dulces y
agradables al oído de la persona desprevenida. Jesús captó inmediatamente el
intento mortal de la inyección que le introduciría la pena de sí mismo.
E. ¿CUÁNDO SE DEBERÁ EJERCER CAUTELA?
Existen otras tres dimensiones de la profecía que son
más susceptibles al engaño; y debido a su consumada naturaleza, debemos ejercer
cautela. Estas tres dimensiones o reinos son:
1. Cuando Es Una Palabra De Sabiduría
"Lo oculto de su corazón se hace manifiesto"
(1 Co 14:25), una operación de la Palabra de Ciencia o Conocimiento.
2. Cuando Es Predicción
las cosas por suceder: una operación de la Palabra de
Ciencia o Conocimiento.
3. Cuando Es De Dirección
una operación de la Palabra de Sabiduría.
Debido a que la "dirección" errónea puede
obrar las tragedias mayores en las vidas de los hijos de Dios, representa la
dimensión en la cual los espíritus de error se deleitan en entrar.
1 Samuel 10:1-10 muestra claramente la operación de
estas tres dimensiones proféticas. Primero, Samuel reveló el secreto del
corazón de Saúl, quien estaba buscando las asnas perdidas.
Luego, él expuso la palabra que predecía, tres señales
que se cumplirían en breve:
• Saúl se encontraría con dos hombres en el camino que
le dirían: "Las asnas aparecieron".
• Luego, se encontraría con otros tres hombres
acompañados con tres cabritos, tres tortas de pan y una vasija de vino. Ellos
le darían a Saúl dos tortas de pan.
• Después, Saúl se toparía con una compañía de profetas
que descenderían del lugar alto con salterio, pandero, flauta y arpa, y profetizarían.
Entonces, el Espíritu de Jehová Dios descendería sobre Saúl y profetizaría.
Todas las señales se cumplieron. Luego, vino la
obediencia a la dirección que a Samuel se le había adjudicado:
"Luego bajarás delante de mí a Gilgal... Espera
siete días, hasta que yo venga a ti". Saúl obedeció el mandato cuando
todas las demás señales se habían cumplido.
F. ¿ES LA PROFECÍA SIEMPRE ÚTIL?
Muchas vidas han sido heridas y confundidas por el uso
erróneo de la profecía; sin embargo, la Palabra nos dice claramente: "No
menospreciéis las profecías" (1 Ts 5:20). Es nuestro deber buscar y
encontrar la senda correcta que conduce hacia la cima de esa gloriosa montaña.
He presenciado algunos beneficios asombrosos obrados a
través del precioso Don de Profecía. No hay porqué sorprenderse que por medio
de articulaciones falsas, el enemigo ha engañado y engaña a muchos creyentes;
al así hacerlo, ocasiona que esta hermosa operación caiga en deshonra.
G. ¿QUÉ REVELA NUESTRA REACCIÓN PARA PROFETIZAR?
Si la profecía personal revela un ministerio futuro de
gran importancia y nuestro ego es inflado por eso, entonces, hay algo malo en
nuestro corazón. La arrogancia está allí. La Biblia dice que: "la
arrogancia viene antes de la destrucción". Debemos salir huyendo hacia el
Señor para que nos libere del orgullo.
No obstante, donde la profecía personal revela un
ministerio futuro de gran importancia, y éste hace que caigamos a los pies del
Señor en profunda humillación, esa profecía puede ser de ayuda y de bendición.
Cuando Jesús le habló una palabra profética a Saulo en
el camino hacia Damasco, él ayunó y oró durante tres días (Hch 9:3-11;
26:13-18).
La condición del corazón que se humilla es siempre el
lugar de arraigo más seguro. Satanás dijo: "Subiré al cielo" (Is
14:13, 14). La dirección que Satanás toma siempre es hacia arriba.
Jesús descendió primero (Ef 4:9); por consiguiente, el
Padre le exaltó a lo sumo. Jesús siempre se humilló (Fil 2:7, 8).
"Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí,
que soy manso y humilde de corazón" (Mt 11:29).
Nunca la pisaron animales fieros, ni león pasó por ella
(Job 28:8).
H. ¿QUIÉN DEBERÁ CONFIRMAR LA PROFECÍA?
"Por boca de dos o tres testigos se decidirá todo
asunto" (2 Co 13:1). La ley de confirmación es una "necesidad"
importante en el juicio y comprobación de una palabra profética. Dios siempre
está listo para confirmar Su Palabra, aun con señales y milagros.
Ninguna palabra profética importante, especialmente
aquella que trata con dirección o que afecte nuestras vidas, deberá ser
aceptada sin la plena confirmación por:
1. Aquéllos Que No Están Familiarizados Con La Profecía
2. Las Escrituras
3. Otra Palabra De Dios
La siguiente Escritura ilustra una profecía confirmando
lo que Dios ha dicho:
"Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que
los he [presente participio] llamado" (Hch 13:2).
I. ¿QUIÉN DEBERÁ JUZGAR LA PROFECÍA?
La palabra profética debe ser franca para ser juzgada
por aquéllos que están clasificados como profetas y hombres de Dios. Somos
amonestados solemnemente como sigue:
"Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad
los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el
mundo" (1 Jn 4:1).
La Biblia dice: "Asimismo, los profetas hablen dos
o tres, y los demás juzguen" (1 Co 14:29).
Es obvio que alguien que no tenga el don de profecía,
no está calificado para juzgar, excepto sobre las bases de las pruebas ya
mencionadas y la Palabra escrita.
No obstante, es mejor que el espíritu de la
articulación sea dejado al juicio de los hombres calificados en el campo de la
profecía.
J. ¿CUÁNDO DEBE SER LA PROFECÍA RECHAZADA?
Siempre es una señal de amonestación si alguien rehúsa
aceptar que su palabra de revelación, profecía o articulación sea traída a
juicio y a confirmación por la Palabra escrita de Dios.
Es mejor rechazarla inmediatamente; pues a pesar de
cuán buena pueda sonar o escucharse la profecía, y cuán maravilloso sea el
éxtasis del momento, si es contraria a la Palabra, entonces, no la reciba bajo
ninguna condición.
El verdadero hombre de Dios le da la bienvenida al
juicio. El Espíritu de Cristo dentro de él le hace "pacífico, amable,
benigno" (Stg 3:17).
Siempre está listo para reconocer que es imperfecto en
su carne, y que no es infalible. A nuestro mejor conocimiento, sólo conocemos
"en parte" y profetizamos "en parte".
K. CONCLUSIÓN
Por lo tanto, no rechacemos, ni ignoremos esta gloriosa
operación del Espíritu de Dios, sino que seamos "sabios como
serpientes". No entremos en controversias, ni contiendas; con todo, no
recibamos ninguna articulación que no esté en armonía con la Palabra infalible
de Dios, ni sin la confirmación apropiada al respecto.
No permita que nadie tome autoridad sobre usted
diciéndole: "Sí, sí, así ha dicho Jehová Dios". Si Él ha hablado,
delo por concluido; no necesitamos contender para probarlo. Y si Dios no ha
hablado, lo que yo he articulado: "Así ha dicho Jehová Dios", de ninguna
manera le forzará a decir lo que declaró que Él dijo.
Así que, hermanos, seamos sabios y mansos, siempre
procurando glorificar a Dios; no despreciando las profecías, ni ignorándolas.
Disfrutemos de sus poderosas bendiciones y poder en toda sabiduría del Espíritu
Santo. En gran humildad de mente, sigamos "adelante a la perfección"
(He 6:1).
Fuente: cayadopastoral.com
0 comentarios:
Publicar un comentario