El origen de la familia es divino y no humano. Dios
creó a Adán y Eva, (Hombre y mujer), y uno de sus propósitos fue que se
procreasen, y así tengan descendencia. ¡Una descendencia para Dios! “Y los
bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y
multiplicaos, llenad la tierra, y sojuzgadla…” (Génesis 1:28).
Estos fueron creados con: Inteligencia, conciencia,
efectividad, capacidad, y libre albedrío. La historia trágica de Adán y Eva fue
su desobediencia a Dios. Estando en el huerto del Edén, comieron del fruto del
árbol prohibido; desobediencia que afectó a toda la raza humana. (Génesis 3).
La manifestación más clara de esto fue el primer crimen
que se cometió, cuando Caín mató a su hermano Abel, (hijos de Adán y Eva). “Y
dijo Caín a su hermano Abel: Salgamos al campo. Y aconteció que estando ellos
en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel y lo mató” (Génesis 4:8).
¡Esta es la trágica historia del hombre desde antes, y continúa
hasta hoy en muchos aspectos! ¡La conducta moral del hombre, sigue depravada, y
aun peor, en nuestros días.
La familia como institución está en un gran peligro. El
mundo incrédulo de hoy no quiere continuar con los valores morales establecidos
por Dios a la familia. ¡El ataque es mortal! ¡Las familias tradicionales están
en serio peligro, porque se quiere parar el orden normal de procreación
establecido entre esposo y esposa!
Además, la “violencia de género” es cada vez peor,
añadiendo, la infidelidad conyugal, los divorcios, y los problemas familiares
entre padres e hijos originando odio y crimen, Etc., etc.
¡Dejemos que Dios siga manifestándose en bienestar de
la familia! “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a
su mujer, y serán una sola carne”
(Génesis 2:24).
¡Dios bendice esta relación! ¡Dios la aprueba para
todos! Sin embargo: ¡Hay de aquellos que
prohíben casarse! ¡Hay de aquellos que se creen más espirituales si no se
casan, pensando que agradan a Dios con esto! ¡Hay de aquellos que son adúlteros
y fornicarios, mancillando el lecho matrimonial!
¡Dios honra el matrimonio para todos! “Honroso sea en
todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y
adúlteros los juzgará Dios” (Hechos 13:4).
¡Dejemos que Dios siga manifestándose a la familia! ¡Él
lo hace mejor que nadie! La leyes humanas que quieren regir las nomas de la
familia, contradicen a lo establecido por Dios. La manera como hoy la gente
entiende el matrimonio, también va en contra de lo establecido por Dios. En un
sentido general:
Las parejas se conocen, (amor a primera vista), tienen
relaciones extra-matrimoniales, conviven en la casa de los padres, o en otro
lugar; Algunos se casan formalmente otros no y luego, no existe una permanencia
de fidelidad entre ellos. ¡Es solo una unión de conveniencia! ¡Es un círculo
vicioso desordenado!
El orden correcto de Dios es este:
“Por tanto,
dejará el hombre a su padre y a su madre…” Esto habla de separación, de
responsabilidad del esposo para empezar una familia. No se refiere el cortar
toda comunicación con sus padres, o ignorarlos completamente.
“…y se unirá a su mujer...” Esto habla de una
permanencia estable. Se refiere a una
unión hasta la muerte, porque, lo que Dios unió, el hombre no debe separarlo. (Mateo 19:6). ¡Esta unión entre hombre y
mujer es indisoluble!
“y serán una sola carne” Esto habla de intimidad sexual, de una unión
marital, sana y limpia. Esto es la parte final del orden correcto de Dios.
Hacer esto primero, es malograr el plan de Dios. Con esta acción, las parejas
se llenan de todo tipo de problemas, como: deshonra, traumas, aborto, ausencia
de amor verdadero, y abandono de parejas que pudieron ser estables.
Siendo que Dios ha originado a la familia, él es el
único y capaz de aconsejar, de enseñar,
e instruir mejor que nadie en este mundo. Además, él puede ayudar a solucionar
problemas familiares de toda índole.
Se ha determinado que más del 80% de parejas que se
casan, no tienen ni la menor idea de cómo
llevar su matrimonio; no son conocedores de sus
responsabilidades. La explicación sencilla a esto es que, no consideran a Dios en sus
planes. Le dan la espalda, y siguen adelante, y luego sufren mucho cuando por
sus propias culpas terminan sus relaciones de pareja.
¡La familia sufre!
Esto se puede ver muy a menudo!
¡El amor verdadero es ignorado o rechazado en muchos hogares, pues solo
predomina el amor humano.
¡Millones de personas en este mundo desearían amar y
ser amados, pero esto solo queda en deseo! ¡Solo Dios da el amor verdadero en
Cristo Jesús! ¡Solo es necesario acudir a él, con un corazón arrepentido y
quebrantado, reconociendo la inutilidad del esfuerzo humano de vivir sin él.
¡Cristo perdona eternamente y derrama su amor en el
corazón de todo aquel que a él viene!
¡Esto es una realidad para el
creyente! ¡Esto es real también, en mi vida! “…porque el amor de Dios ha sido
derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado” (Romanos 5:5).
Fuente: http://estudialabiblia.com/blog/
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