¿Es
Bíblica la Beatificación y la Canonización?
¿Quiénes son canonizados?
¿Para
qué sirve la canonización?
¿Es realmente Bíblico todo este proceso?
Todas estas
preguntas tendrán aquí su respuesta. Pero antes veremos qué es la Canonización
y como se llega a ella, y los datos del por qué Juan Pablo II fue beatificado.
Luego de ello,
se expondrán las bases Bíblicas de este acto realizado por la Iglesia Católica.
Canonización
La Canonización es el acto mediante el cual la Iglesia
Católica u otra confesión religiosa declaran como Santo a una persona
fallecida. Este proceso comprende la inclusión de dicha persona en el canon, o
lista de santos reconocidos. Anteriormente, los individuos eran reconocidos
como santos sin requerimientos o procesos formales.
La canonización, ya sea formal o informal, no
"hace" santo a ninguna persona: Es solo una declaración de que dicha
es santa y fue santa desde antes del proceso de canonización.
La Iglesia Católica es la única confesión religiosa que
posee un mecanismo formal, continuo para llevar a cabo el proceso de
canonización de una persona. Actualmente las canonizaciones se efectúan después
de un proceso judicial, llamado proceso de beatificación y canonización, o
simplemente proceso de canonización. El proceso de canonización se puede
definir como el proceso que dilucida la duda acerca de la santidad de una
persona. Existen dos vías para llegar a la declaración de canonización
• La vía de
virtudes heroicas
• La vía de
martirio
En el proceso de canonización se establece la duda
procesal de si el candidato a santo (o siervo de Dios) ha vivido las virtudes
cristianas en grado heroico, o si ha sufrido martirio por causa de la fe.
Además, para llegar a la canonización se requiere de la realización confirmada
de uno o dos milagros.
La canonización se lleva a cabo mediante una solemne
declaración papal de que una persona está, con toda certeza, contemplando la
visión de Dios. El creyente puede rezar confiadamente al santo en cuestión para
que interceda en su favor ante Dios.
El nombre de la persona se inscribe en la lista de los
santos de la Iglesia y a la persona en cuestión se la "eleva a los
altares", es decir, se le asigna un día de fiesta para la veneración
litúrgica por parte de la Iglesia católica.
El tiempo transcurrido entre la muerte y la canonización
pueden ser varios siglos (San Pedro Damián fue canonizado 756 años tras su
muerte) o de pocos días; después de San Dimas (también llamado el buen ladrón,
que fue el único santo canonizado en vida), San Antonio de Padua posee el
récord de la canonización más rápida de la historia: fue declarado santo 352
días después de su deceso.
Historia
Los santos originalmente eran aclamados a vox populi (por
aclamación popular), se trataba de un acto espontáneo de la comunidad cristiana
local. Para evitar abusos, los obispos tomaron responsabilidad por la
declaración de santos en su diócesis. Entonces se le asignaba un día de fiesta,
generalmente el aniversario de su muerte. A finales del siglo X se realizaron
los primeros procesos canónicos, siendo el primer santo canonizado por proceso
Ulrico de Augsburgo y la primera mujer santa Wiborada. Finalmente, en el año
1234, se reservó oficialmente al papado el derecho de canonización. En el año
1588 el Papa Sixto V puso el proceso en manos de la Congregación para las
Causas de los Santos y del Santo Padre, que se encarga de estudiar, comprobar y
verificar todo el proceso.
Etapas
Hay cuatro pasos en el proceso oficial de la causa de los
santos transcurridos cinco años desde la muerte del candidato o candidata:
o Primera
etapa: la persona es declarada "siervo de Dios".
o Segunda
etapa: la persona es declarada "venerable".
o Tercera
etapa: beatificación, la persona es declarada "beato" (requiere de un
milagro atribuido al candidato).
o Cuarta
etapa: canonización, la persona es declarada "santa" (requiere de la
autenticación de otro milagro).
Siervo
de Dios
El Obispo diocesano y el Postulador de la Causa piden
iniciar el proceso de canonización. Y presentan a la Santa Sede un informe
sobre la vida y las virtudes de la persona (en todos los casos debe morir
perteneciendo oficialmente a unas de las Iglesias Católicas (u Orden Religiosa)
que guardan obediencia al Papa de Roma y está reconocida oficialmente por la
Santa Sede Apostólica).
1. Iglesia Católica Apostólica Romana
2. Iglesias católicas orientales:
a. Iglesias patriarcales (Iglesia Católica
Maronita, Iglesia Católica Copta, Iglesia Católica Armenia, Iglesia Católica
Siria, Iglesia Católica Caldea, Iglesia Greco-Católica Melquita)
b. Iglesias archiepiscopales mayores (Iglesia
Greco-Católica Ucraniana, Iglesia Greco-Católica Rumana, Iglesia Católica
Siro-Malabar, Iglesia Católica Siro-Malankara)
c. Iglesias metropolitanas sui iuris
(Iglesia Católica Bizantina Búlgara, Iglesia
Greco-Católica Eslovaca, Iglesia
Católica Bizantina Húngara, Iglesia Católica Bizantina Ítalo-Albanesa, Iglesia
Católica Bizantina Griega, Iglesia Católica Bizantina Rutena, Iglesia
Greco-Católica de la Eparquía de Križevci o Iglesia Greco-Católica de Croacia y
de Serbia y Montenegro, Iglesia Greco-Católica Macedonia, Iglesia Católica
Bizantina Albanesa, Iglesia Católica Bizantina Rusa, Iglesia Greco-Católica
Bielorrusa).
3. Iglesia Católica Galicana: Consiste en
la separación de la Iglesia Católica de Francia y sus colonias, de la Iglesia
Católica de Roma. Duró desde el 19 de mayo de 1692 hasta el Concilio Vaticano
I, el 18 de julio de 1870 en el que se volvieron a unir a la Iglesia Católica
Apostólica Romana.
4. Iglesia Católica Febroniana: Consiste en
la separación de parte de la Iglesia Católica de Alemania. Duró desde finales
de 1743 hasta el 21 de mayo de 1764, en el que el papa Clemente XIII ordenó su
supresión de todos los obispos febronianistas de Alemania, sustituyéndolos por
otros afines a la Iglesia Católica Apostólica Romana.
La Santa Sede, por medio de la Congregación para las
Causas de los Santos, examina el informe y dicta el Decreto diciendo que nada
impide iniciar la Causa (Decreto "Nihil obstat"). Este Decreto es la
respuesta oficial de la Santa Sede a las autoridades diocesanas que han pedido
iniciar el proceso canónico.
Obtenido el Decreto de "Nihil obstat", el
Obispo diocesano dicta el Decreto de Introducción de la Causa del ahora Siervo
de Dios.
Venerable
Con el título de Venerable se reconoce que un fallecido
vivió virtudes heroicas, esta canonización la hace el Cardenal correspondiente
a la zona geográfica donde vivió esa persona, en la catedral, basílica más
importante de esa zona.
Beato
Se reconoce por el proceso llamado de
"beatificación". Además de los atributos personales de caridad y
virtudes heroicas, se requiere un milagro obtenido a través de la intercesión
del Siervo de Dios y verificado después de su muerte. El milagro no es
requerido si la persona ha sido reconocida mártir. Los beatos son venerados
públicamente por la iglesia local (en España la provincia correspondiente),
esta canonización la hace el Papa o un Cardenal en nombre del Papa generalmente
en la Basílica de San Pedro o en la Plaza de San Pedro del Vaticano. En algunos
casos, puede que la Ceremonia de Beatificación, se efectúe en el lugar de
nacimiento de la persona a beatificar.
Santo
Con la canonización, al beato le corresponde el título de
santo. Para la canonización hace falta otro milagro (en total dos milagros o un
milagro más haber muerto como mártir) atribuido a la intercesión del beato y
ocurrido después de su beatificación. Al igual que ocurre en el proceso de
beatificación, el martirio no requiere habitualmente un milagro, esta
canonización la hace el Papa en la Basílica de San Pedro o en la Plaza de San
Pedro del Vaticano.
En el caso del Papa Juan Pablo II, las Canonizaciones las
realizaba en el País de Origen del Beato a canonizar (durante sus Viajes
Pontificios por el Mundo). En la actualidad, se efectúa en algunos casos en el
País de Origen del Beato a canonizar.
Mediante la canonización se concede el culto público en
la Iglesia católica. Se le asigna un día de fiesta y se le pueden dedicar
iglesias y santuarios. No existe un cómputo preciso de quiénes han sido
proclamados santos desde los primeros siglos. En 1988, para celebrar su IV
centenario, la Congregación para las Causas de los Santos publicó el primer
"Index ac status Causarum". Este libro y los suplementos que le
siguieron, escritos enteramente en latín, están considerados como el índice
definitivo de todas las causas que han sido presentadas ante la congregación
desde su institución, los primeros Santos fueron los Doce Apóstoles.
Fuente: Wikipedia
Explicaciones de Por qué se hizo Beato a Juan
Pablo II
La beatificación de Juan Pablo II es la más rápida que se ha producido en los
tiempos modernos.
Aunque los católicos puedan creer que su iglesia tiene
algo de sobrenatural ya Tomás Aquino, en el siglo XIII, advirtió que no está
exenta de las realidades de la naturaleza humana, incluyendo las normas de la
psicología, sociología e incluso de la política. Algo que también es cierto
cuando se trata del negocio de declarar santos.
Eso fue evidente el 1 de mayo, cuando el Papa Juan Pablo
II fue beatificado en una ceremonia en Roma que se congregó a centenares de
miles de personas a la Plaza de San Pedro en el Vaticano.
La beatificación surgió como una manera de autorizar la
veneración de un candidato a santo, el "beato", en la zona donde
vivió. Para Juan Pablo II ese peldaño lo alcanzó tan sólo seis años y un mes
después de su muerte, ocurrida en 2005.
Criterios
cumplidos
La premura ha dejado perplejos a algunos, sobre todo a
quienes cuestionan el historial que tuvo como Papa en el manejo de los casos de
pedofilia cometidos por prelados católicos.
Pero el Vaticano asegura que los criterios han sido
cumplidos.
La monja Marie
Simon Pierre era el milagro que necesitaba Juan Pablo II.
Existe una convicción popular de que Juan Pablo II era un
hombre santo –un exhaustivo estudio oficial de la Iglesia concluyó que había
vivido una vida de "heroica virtud"-.
Además, los doctores de la iglesia han logrado documentar
al menos un milagro debido a su intervención: la curación de una monja francesa
de 49 años que padecía Parkinson, la misma enfermedad que sufría el Papa.
Sin cuestionar esas razones, es justo decir que cierta
dinámica institucional y hasta un poco de política han ayudado en el rápido
proceso de Juan Pablo II.
En 1983, el Papa reformó el proceso haciéndolo más
rápido, más simple y más barato. Eliminó la oficina del "Abogado del
Diablo", un funcionario cuya labor era tratar de descalificar los casos de
santidad, y redujo el número de milagros necesarios para calificar.
La idea era elevar figuras contemporáneas para convencer
a un hastiado mundo secular de que la santidad está viva, aquí y ahora, y como
resultado durante su papado se beatificó y canonizó a más personas que bajo el
de todos sus antecesores juntos.
Desde que se establecieron aquellos cambios, al menos
unos 20 casos han clasificado para la "vía rápida" de la
beatificación, es decir, aquellos candidatos con menos de 30 años de
fallecidos.
Factores
divinos
Observando con cuidado la lista, y dejando a un lado la
santidad o los milagros reportados, se pueden establecer al menos cinco factores
que parecen determinar quiénes califican para el proceso expedito.
Hay criterios escritos y otros menos evidentes para
determinar la santidad.
Los factores calzan con la causa Juan Pablo II : tiene un
poderoso respaldo institucional tanto en Polonia como en Roma, y virtualmente
todos los funcionarios que deciden en temas de santidad son protegidos de su
reinado papal.
Además hay una presión para canonizar no sólo a la
persona de Juan Pablo II sino a su papado en general, especialmente por el
énfasis que puso en recuperar el músculo misionero del catolicismo.
Esos criterios sugieren que no pasará demasiado antes de
que llegue su canonización y que Juan Pablo II entre formalmente a la lista de
la Iglesia Católica.
http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias
Con esta serie de “requicitos”
cumplidos para llegar a ser beatificado y posteriormente canonizado por la
Iglesia Católica, veremos como todas o la mayoría de sus exposiciones para tal
tema, están fuera del contexto bíblico y como hay pasajes que dicen lo contrario
a lo que expone “la Santa Sede”
Antes
que todo veamos que es la BEATIFICACION
(Etim. Latín
beatificatio, el estado de ser bendito; de beatus, feliz.)
La beatificación
es una declaración, hecha por el Papa como cabeza
de la Iglesia, de que un siervo de Dios vivió una vida de santidad (ha
ejercido las virtudes cristianas en grado heroico) y/o tuvo muerte de mártir y
está ahora en el cielo. La beatificación es una sentencia no definitiva, que
tiende a la canonización. La
beatificación permite que se le tribute culto público de veneración con
ciertas limitaciones. La veneración universal está
reservada para los santos canonizados.
(Extracto de la
publicación católica luego de la Beatificación de Juan Pablo II)
A medida que extraigamos parte de su
publicación las expondremos ante la Biblia para ver qué tanta veracidad tiene
la beatificación, no solamente la realizada a Juan Pablo II, sino a todos los
anteriores que también pasaron por este proceso para llegar a ser beatos o
santos con sus propios altares y días festivos.
*¿El
PAPA COMO CABEZA DE LA IGLESIA?
¿Qué
dice la Biblia al respecto?
*CRISTO
ES LA CABEZA DE LA IGLESIA
La Biblia, La
Palabra de Dios escrita, nos dice que somos miembros del cuerpo de Cristo, la
iglesia, la “ecclesia”. Con el término “ecclesia” no me refiero ni a la Biblia,
ni tampoco a edificios u otras construcciones humanas, sino a la suma de todos
aquellos que creen que Jesucristo es el Señor y que Dios lo resucitó de entre
los muertos (Romanos 10:9). Todo aquel que cree lo anterior, se hace
automáticamente miembro de la familia de Dios, del cuerpo de Cristo, la
iglesia, la “ecclesia”. La Biblia también nos dice quién es la cabeza, el
director del cuerpo; el cual no es otro más que el mismo Hijo de Dios, el Señor
Jesucristo. Veamos lo siguiente.-
Veamos algunos
pasajes Bíblicos que dicen que es Cristo la Cabeza de la Iglesia y no el Papa
Efesios 1:22 “y sometió todas las cosas bajo sus pies [los pies de
Jesucristo], y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia”
Efesios 4:15-16 “sino
que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza,
esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por
todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de
cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.”
Efesios 5:23 “Cristo es cabeza de la iglesia”
Colosenses
1:17-18 “Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten; y
él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia”
Y aquí hay
algunos pasajes que ponen en claro que nosotros, los que creemos en el Hijo de
Dios, somos miembros del cuerpo, del cual el Señor Jesucristo es la cabeza.
Romanos 12:4-5 “Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos
miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, así nosotros,
siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los
otros.”
1 Corintios
12:12-27 “Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos
los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo.
Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o
griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo
Espíritu. Además, el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos. Si dijere el
pie: Porque no soy mano, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo? Y si
dijere la oreja: Porque no soy ojo, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del
cuerpo? Si todo el cuerpo fuese ojo, ¿dónde estaría el oído? Si todo fuese
oído, ¿dónde estaría el olfato? Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada
uno de ellos en el cuerpo, como él quiso. Porque si todos fueran un solo
miembro, ¿dónde estaría el cuerpo? Pero ahora son muchos los miembros, pero el
cuerpo es uno solo. Ni el ojo puede decir a la mano: No te necesito, ni tampoco
la cabeza a los pies: No tengo necesidad de vosotros. Antes bien los miembros
del cuerpo que parecen más débiles, son los más necesarios; y a aquellos del
cuerpo que nos parecen menos dignos, a éstos vestimos más dignamente; y los que
en nosotros son menos decorosos, se tratan con más decoro. Porque los que en
nosotros son más decorosos, no tienen necesidad; pero Dios ordenó el cuerpo,
dando más abundante honor al que le faltaba, para que no haya desavenencia en
el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros. De
manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un
miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan. Vosotros, pues, sois
el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular. ”
Efesios 5:30 “porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus
huesos.”
*LA BEATIFICACIÓN PERMITE QUE SE
TRIBUTE CULTO PUBLICO...
¿Qué
dice la Biblia al respecto?
*AL
ÚNICO PARA RENDIR CULTO ES A DIOS
Ni el apóstol
Pedro, ni los demás Apóstoles permitieron que se les adorara o se les rindiera algún
tipo de culto
Libro de los Hechos 10:25 Cuando Pedro entró, salió Cornelio a recibirle, y
postrándose a sus pies, adoró.
Hechos 10:26 Mas
Pedro le levantó, diciendo: Levántate, pues yo mismo también soy hombre.
Hechos 14:13 Y el sacerdote de Júpiter, cuyo templo estaba frente a la
ciudad, trajo toros y guirnaldas delante de las puertas, y juntamente con la
muchedumbre quería ofrecer sacrificios.
Hechos 14:14
Cuando lo oyeron los apóstoles Bernabé y Pablo, rasgaron sus ropas, y se
lanzaron entre la multitud, dando voces
Hechos 14:15 y diciendo: Varones, ¿por qué hacéis esto? Nosotros también
somos hombres semejantes a vosotros, que os anunciamos que de estas vanidades
os convirtáis al Dios vivo, que hizo el cielo y la tierra, el mar, y todo lo
que en ellos hay.
Los
santos ángeles se negaron a ser adorados
Libro de
Apocalipsis 19:10 Yo me postré a sus pies para adorarle. Y él me dijo: Mira, no
lo hagas; yo soy consiervo tuyo, y de tus hermanos que retienen el testimonio
de Jesús. Adora a Dios; porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la
profecía.
Apocalipsis 22:8 Yo Juan soy el que oyó y vio estas cosas. Y después que
las hube oído y visto, me postré para adorar a los pies del ángel que me
mostraba estas cosas.
Apocalipsis 22:9
Pero él me dijo: Mira, no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, de tus
hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a
Dios.
La Biblia es
absolutamente clara en que solo debemos adorar a Dios. Los únicos casos en que
alguien más que Dios recibe adoración en la Biblia es cuando se trata de falsos
dioses, los cuales son Satanás y sus demonios. Todos los seguidores de Dios el
Señor, rechazan la adoración. Pedro y los apóstoles se negaron a ser adorados
(Hechos 10:25-26; 14:13-14). Los santos ángeles se negaron a ser adorados
(Apocalipsis 19:10; 22:9). La respuesta es siempre la misma, “¡Adora a Dios!”
*LA
VENERACIÓN UNIVERSAL ESTÁ RESERVADA PARA LOS SANTOS CANONIZADOS
¿Qué
dice la Biblia al respecto?
*LA
ADORACIÓN, VENERACIÓN ESTÁ RESERVADA ÚNICAMENTE PARA DIOS.
Los Católicos
Romanos intentan “desviar” estos claros principios Escriturales, diciendo que
ellos no “adoran” a María y a los santos, sino que más bien ellos solo
“veneran” a María y a los santos. El usar una palabra diferente no cambia la
esencia de lo que se ha estado haciendo. Una definición de “venerar” es
“respetar en sumo grado o dar culto” En ningún lugar en la Biblia se nos dice
que rindamos culto alguien, sino solo a Dios. No hay nada de malo en respetar a
aquellos cristianos fieles que se han ido antes que nosotros (ver Hebreos
capítulo 11). No hay nada malo con honrar a María como la madre terrenal de
Jesús. La Biblia describe a María como “muy favorecida” por Dios (Lucas 1:28).
Al mismo tiempo, no hay instrucción en la Biblia de reverenciar a aquellos que
se han ido al cielo. Debemos seguir su ejemplo, si, ¡pero no adorarlos,
reverenciarlos, o rendirles culto, no!
Antes de la
beatificación hay varios procesos. Primero se examina por años la vida,
virtudes, escritos y reputación de santidad del siervo(a) de Dios que está en
consideración. Este proceso generalmente es conducido por el obispo del lugar
donde el candidato vivió o murió. Para un mártir, en este primer proceso no hay
necesidad de considerar los milagros hechos a través de su intercesión.
(Extracto de la
publicación católica luego de la Beatificación de Juan Pablo II)
*PARA UN MÁRTIR NO HAY NECESIDAD DE
CONSIDERAR LOS MILAGROS HECHOS A TRAVÉS DE SU INTERCESIÓN
*SOLO
DIOS HACE MILAGROS, USA A SUS HIJOS COMO VASOS UTILES EN SUS MANOS.
La capacidad de
hacer milagros no es inherente a la persona, sino a Dios, no se le puede quitar
la gloria a Dios de esa manera diciendo que tal o cual “santo” me hizo el
milagro… Y si es por nuestra intercesión, o sea por nuestra oración en favor de
ese hermano, ahí todos los hijos de Dios, tendríamos que ser “canonizados”
porque Dios usa a todos sus hijos para ser canales de bendición.
Génesis 21:2 Haré de ti
una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás
bendición.
Cuando el primer
proceso revela que el siervo de Dios practicó las virtudes en un grado heroico
o murió como un mártir de la fe, puede comenzar el segundo proceso, llamado
Apostólico, que está a cargo de la Congregación para la Causa de los Santos
(uno de los dicasterios que ayudan al Papa).
Las personas
beatificadas son llamadas "Beatos"
El rito de
beatificación según nuevas disposiciones:
«La
canonización, que atribuye al beato el culto para toda la Iglesia, será
presidida por el Sumo Pontífice». En cambio «la beatificación, que es siempre
acto pontificio, será celebrada por un representante del Santo Padre, que
habitualmente será el prefecto de la Congregación para las Causas de los
Santos».
El rito de
beatificación tendrá lugar en la diócesis que haya promovido la causa del nuevo
beato, o en otra localidad que se considere idónea para ello. Podrá tener lugar
en Roma a petición de los obispos y de los actores de la causa, contando con el
parecer de la Secretaría de Estado del Vaticano.
El rito de beatificación
se desarrollará en la Celebración Eucarística, a menos que especiales razones
litúrgicas sugieran que éste tenga lugar en el curso de la celebración de la
Palabra o de la Liturgia de las Horas.
El papa
Benedicto XVI proclamó este domingo en la plaza de San Pedro "beato"
a su predecesor Juan Pablo II (1978-2005) durante una imponente y
multitudinaria ceremonia que congregó a más de un millón de personas
provenientes de todo el mundo en la capital italiana.
El Papa, que llevaba la casulla y la mitra de
Juan Pablo II, pronunció la solemne fórmula en latín a través de la cual elevó
a la gloria de los altares a su predecesor, con quien colaboró durante 23 años.
"Concedemos que el venerado Siervo de
Dios Juan Pablo II, Papa, sea de ahora en adelante llamado beato",
proclamó.
Un largo aplauso y gritos como en el día de
los funerales de "Santo subito" (Santo ya) estallaron en la plaza,
llena de gente que enarbolaba banderas de numerosas nacionalidades, entre ellas
polacas, españolas y brasileñas.
La emoción reinó entre los representantes de
86 delegaciones de países extranjeros y sobre todo en aquellos que lo
conocieron de cerca, como el cardenal polaco Stanislao Dziwisz, secretario por
más de 40 años de Juan Pablo II.
"Percibíamos el perfume de su
santidad", reconoció durante su homilía el Papa alemán, quien elogió
"la fuerza de un gigante" que logró "invertir" la tendencia
de "la sociedad, la cultura y los sistemas políticos y económicos" a
abandonar el cristianismo.
Una inmensa fotografía de 1995 de un sonriente
y saludable Karol Wojtyla, desplegada en el balcón central de la basílica, fue
desvelada en el momento de la proclamación.
La ceremonia, que se celebró bajo un sol
templado, en la que el Papa usó también el cáliz que Juan Pablo II empleó en
los últimos años, fue transmitida en directo a numerosos países, en particular
Polonia, donde miles de polacos salieron masivamente a las calles para seguir
la beatificación en directo en pantallas gigantes.
El culto litúrgico del nuevo beato será
celebrado el 22 de octubre de cada año, en el aniversario del comienzo del pontificado de Juan Pablo II en 1978.
(Extracto de la
publicación católica luego de la Beatificación de Juan Pablo II)
*EL
CULTO LITURGICO DEL NUEVO BEATO SERÁ CELEBRADO EL 22 DE OCTUBRE DE CADA AÑO
¿Qué
dice la Biblia al respecto?
*NO
HAY BASES BIBLICAS PARA HACER CULTO A UNA PERSONA, NI RENDIRLE NINGÚN TIPO DE
"HOMENAJES"
Cuando son
forzados a admitir que en realidad ellos adoran a María, los católicos argumentarán
que ellos adoran a Dios a través de ella, al adorar la maravillosa creación que
Dios ha hecho. María, en sus mentes, es la más hermosa y maravillosa creación
de Dios, y al alabarla ellos están alabando a su Creador. Para los católicos,
esto es análogo a dirigir alabanzas a un artista al alabar su escultura o
pintura. El problema con esto, es que Dios explícitamente prohíbe ser adorado a
través de las cosas creadas. No debemos inclinarnos y adorar a ninguna cosa que
esté arriba en los cielos ni abajo en la tierra (Éxodo 20:4-5). Romanos 1:25 no
puede ser más claro: “ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira,
honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito
por los siglos. Amén.” Si, Dios ha creado cosas increíbles y maravillosas. Sí,
María fue una buena mujer que es digna de nuestro respeto. No, absolutamente no
debemos adorar a Dios “vicariamente” alabando las cosas (o la gente) que Él ha
creado. El hacerlo es obviamente idolatría.
La mayor manera
en que los católicos “veneran” a María y los santos, es rezándoles. Como la
siguiente declaración lo demuestra, el orar a alguien más que a Dios. “Es
anti-bíblico orar a los santos y a María. Ya sea que se ore directamente a
María o a los santos; o que se les hagan peticiones como mediadores; ninguna de
estas prácticas es bíblica”. El orar es un acto de adoración. Cuando oramos a
Dios, estamos reconociendo que necesitamos Su ayuda. Al dirigir nuestras
oraciones alguien más que no sea Dios, le estamos robando la gloria que solo le
pertenece a Él.
Otra manera en
que los católicos “veneran” a María y a los santos, es creando estatuas e
imágenes de ellos. Muchos católicos usan las imágenes de María o de los santos
como “amuletos de la suerte”. Cualquier lectura superficial de la Biblia,
revelará que esta práctica es un claro acto de idolatría (Éxodo 20:4-6; 1
Corintios 12:12; 1 Juan 5:21) El frotar las cuentas del rosario es idolatría.
Prender velas o veladoras ante una estatua o imagen de un santo o de María, es
idolatría. El enterrar una estatua de José con la esperanza de vender tu casa
(y un sinnúmero más de prácticas católicas), es idolatría.
La terminología
no es lo importante. Ya sea que la práctica sea descrita como “adoración” o
“veneración”, o cualquier otro término, el problema es el mismo. Cada vez que
atribuimos a alguien más algo que pertenece a Dios, es idolatría. En ninguna
parte de la Biblia se nos enseña a reverenciar, orar, depender, o “adorar” a
alguien que no sea Dios. Debemos adorar solamente a Dios. La gloria, la
alabanza y la honra pertenecen a Dios solamente. Solo Dios es merecedor de “...
la gloria y la honra y el poder...” (Apocalipsis 4:11). Solo Dios es merecedor
de recibir nuestra reverencia, adoración y alabanza (Nehemías 9:6; Apocalipsis
15:4).
La beatificación
del primer Papa polaco de la historia, quien falleció el 2 de abril de 2005 a
los 84 años tras una larga enfermedad, es el paso previo a la canonización y se
llevó a cabo en un tiempo récord, "de razonable rapidez", reconoció Benedicto
XVI, al ser inferior a los cinco años habitualmente necesarios para iniciar el
proceso.
La policía de Roma calcula que más de un
millón de personas llegaron a la capital, la mayoría de ellas para asistir a la
beatificación, pero también al tradicional concierto que se celebra en la
capital por el día internacional trabajo.
El nuevo beato, entre los papas que más tiempo
han ocupado el trono de Pedro, transformó el rostro de la Iglesia en casi 27
años de pontificado.
En total 22 jefes de Estado y de Gobierno
asistieron al evento, entre ellos los presidentes de México, Felipe Calderón,
de Honduras, Porfirio Lobo, y el controvertido presidente de Zimbabue, Robert
Mugabe.
Casi todos los países latinoamericanos
enviaron importantes delegaciones para rendir homenaje al pontífice que
recorrió la región de punta a punta.
Ante el féretro de Juan Pablo II y una preciosa reliquia
con su sangre, expuestos dentro de la basílica para la veneración,
desfilan desde hace varias horas cientos de fieles.
(Extracto de la
publicación católica luego de la Beatificación de Juan Pablo II)
*SU FERETRO Y UNA RELIQUIA CON SU
SANGRE, ESTÁN EXPUESTAS EN LA BASÍLICA PARA SU VENERACIÓN
¿Qué
dice la Biblia al respecto de esto?
* NI
EL CUERPO MUERTO DE UN CRISTIANO, NI SU SANGRE, TIENEN PODER ALGUNO. SOLAMENTE
LA SANGRE DE CRISTO ES LA QUE BORRA LOS PECADOS
La Biblia enseña
claramente que la salvación del pecado es posible porque Jesús derramó su
sangre para nuestro beneficio. Fue Jesús quien “nos lavó́ de nuestros pecados
por su sangre (Apocalipsis 1:5)”. Juan tuvo una visión de los redimidos quienes
“habían lavado y blanqueado sus ropas con la sangre del Cordero (Apocalipsis
7:14)”. Pablo declaró que nosotros tenemos “redención a través de su sangre
(Efesios 1:7). Pedro enseñó́, “ustedes fueron redimidos. . . con la preciosa
sangre, como de un cordero sin mancha, la sangre de Cristo (1Pedro 1:18-19)”.
No es la sangre
de Pedro, ni de Pablo, ni de Juan Pablo II la que tiene que ser venerada,
adorada, sino la de Jesucristo, quien nos salvó por medio de su muerte en la
Cruz del Calvario.
Benedicto XVI
abrió la procesión y se recogió para orar en silencio ante el féretro de su
predecesor.
Las puertas de la basílica permanecerán
abiertas hasta "el último peregrino", indicó la Santa Sede, lo que
ocurrirá probablemente al amanecer.
Unas 280 personas sufrieron malestares y
desmayos. El cardenal español Agustín García Gasco Vicente, de 80 años, ex
arzobispo de Valencia, falleció este domingo en Roma de un infarto poco antes
de la ceremonia.
La sepultura definitiva de los restos de Juan
Pablo II se realizará sucesivamente en forma privada en la basílica de San
Pedro, en la capilla de San Sebastián, al lado de la capilla en donde se
encuentra la célebre estatua La Piedad de Miguel Ángel, en el ala derecha del
templo.
La beatificación
de uno de los pontífices más populares de la historia reciente, que viajó por
todos los rincones del planeta y utilizó todo tipo de medios de comunicación
para llevar su mensaje al mundo, convierte su papado en uno de los emblemas de
la Iglesia de la era moderna.
El pontífice juvenil, deportivo, accesible,
que escalaba montañas, esquiaba y bromeaba, fue inflexible hasta el final sobre
temas como el control de la natalidad, el aborto y el divorcio.
El Vaticano tendrá
que atribuir otro milagro a Juan Pablo II tras su beatificación antes de
declararlo santo.
"Que emoción estar aquí, no me imaginaba
poder asistir", confesó la monja colombiana Patricia Fajardo, quien acudió
con otros compatriotas.
(Extracto de la
publicación católica luego de la Beatificación de Juan Pablo II)
*EL
VATICANO, TENDRÁ QUE ATRIBUIR "OTRO" MILAGRO A JUAN PABLO II LUEGO DE
SU BEATIFICACIÓN PARA SER DECLARADO SANTO
* LOS
HOMBRES NO HACEN MILAGROS, SOLO DIOS PUEDE HACERLOS. NO SE PUEDE ATRIBUIR LA
GLORIA DE DIOS A NINGÚN HOMBRE.
Dios no comparte
su gloria con nadie como lo dice en Isaías 42:8, “Yo Jehová; este es mi nombre;
y a otro no daré mi gloria, ni mi alabanza a esculturas”
EN CONCLUSIÓN
La beatificación
y posterior canonización de Juan Pablo II no son bíblicas, y ninguna de las
beatificaciones, canonizaciones hechas anteriormente tampoco lo son.
No es necesario
usar medios para llegar a Dios, ni venerar santos o vírgenes para que Dios nos
oiga, porque ya tenemos un mediador que es Jesucristo
1 Timoteo 2:5
Porque hay un Dios, asimismo un mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo
hombre; 6 El cual se dio a sí mismo en precio del rescate por todos, para
testimonio en sus tiempos:
Solo un mediador
puede realizar las paces entre Dios y los hombres pecadores.
Solo Cristo que dio
su vida en la cruz en rescate por nosotros, derramando su preciosa sangre,
tiene el poder de salvarnos como "único puente" entre Dios y los
hombres.
No necesitamos
ni a la virgen María, ni a San Pedro, ni a Juan Pablo II solo necesitamos a
Jesucristo, salvador del mundo y salvador nuestro!
Dios les bendiga
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