viernes, 9 de agosto de 2013

El Don De Profecía



El Don De Profecía (1 Co 12:10)

Traducido simplemente, el término profecía significa "articular palabras inspiradas". Según 1 Corintios 14:31, todos los creyentes pueden ejercer este don en algún momento dado como el Espíritu lo desee. Todos pueden profetizar uno por uno, y no más de tres veces en cada culto o servicio donde haya creyentes con el don y estén esperando ejercerlo (1 Co 14:29-33).

a. Su Propósito. El propósito de una articulación profética tal, es:

1) Edificar. Esto significa fortalecer o afirmar a los creyentes.

2) Exhortar. Entusiasmar a los creyentes. Confrontarlos y retarlos.
3) Consolar. Hablar palabras de ánimo y consuelo.
Muchas veces una profecía podría incluir estos tres elementos expuestos anteriormente.

b. Tres Malos Entendidos Acerca De La Profecía:

1) No Deberá Confundirse Con La Predicación. Hoy en día muchas personas insisten en que el Don de Profecía es la habilidad para predicar bien. No obstante, la predicación y enseñanza son usualmente el resultado de la meditación suplicante (que se hace en oración) en la Palabra de Dios.

Un predicador, por medio de preparar su mente y espíritu con diligencia, puede ministrar palabras entendibles a la audiencia.
En contraste, el Don de Profecía no es el resultado de un estudio diligente; por el contrario, es una articulación espontánea hablada sin premeditación y por inspiración del Espíritu.
2) El Don De Profecía No Es Para Presagiar El Futuro. Este don es más bien para "articular" que para presagiar. Su propósito es para la edificación (fortificación), exhortación (animar) y consolación (dar aliento), y no para procurar la predicción de eventos futuros (lea 1 Co 14:3).
Cada vez que haya un elemento de predicción dentro de una profecía, por lo regular se debe a que hay otro don (Palabra de Conocimiento o Sabiduría) operando en conjunción con éste.
3) Este Don No Es Para Dirección Personal. Si estamos en necesidad de dirección personal, debemos pedirla a Jesús (Stg 1:5).
Es vital que sigamos tal dirección en las páginas de la Palabra de Dios, la Biblia. Si una articulación profética viene sobre nosotros con instrucciones para el futuro, sólo deberá ser para confirmar lo que Dios ya nos ha mostrado personalmente.

c. Enseñanza De La Escritura Sobre El Don De Profecía:

1) La Profecía Es Para Hablar Sobrenaturalmente A Los Hombres (1 Co 14:3).
Ésta, comunica la mente del Señor a la Iglesia. El profeta está hablando, por Dios, a los creyentes, para su edificación, exhortación y consuelo.
2) La Profecía No Requiere Interpretación. El Don de Lenguas requiere un intérprete; no así la profecía.
3) La Profecía Convence Al Indocto (1 Co 14:15, 16). El incrédulo, a través de la operación del Don de
Profecía, será:
• Convencido de todos
• Juzgado de todos
• Los secretos de su corazón serán manifiestos
• Se postrará de rodillas ante Dios
• Sabrá que Dios está realmente en medio de los creyentes
• Adorará a Dios

4) La Profecía Opera De Manera Tal Para Que Los Creyentes Aprendan (1 Co 14:31). Esto no se refiere a la enseñanza que normalmente viene de la exposición de la Palabra de Dios a través del ministerio del maestro. Por el contrario, es aprender de las verdades espirituales a través de la unción del Espíritu. Tales enseñanzas deben ser probadas por la Palabra de Dios escrita antes de que sea ingerida.
Este versículo también significa que aquéllos que han venido nuevos a la fe de Cristo, pueden aprender a cómo utilizar el Don de Profecía. Deberá haber reuniones de aprendices, así como las había en las "escuelas de los profetas" en el Antiguo Testamento.
5) Cada Uno Deberá Desear Y Codiciar Este Don (1 Co 14:1, 39). Por tales medios podemos ser usados de Dios para el estímulo de su pueblo.
6) La Persona Operando El Don Es Responsable De Su Uso O Abuso (1 Co 14:32). La profecía no es una articulación sin control. Tampoco el profeta está bajo cualquier trance o control mental. Él no está haciendo ni diciendo algo que sea contra su voluntad. El Don de Profecía está sujeto al profeta. Es él quien habla en lugar de Dios; el profeta está en control de la articulación o de lo que va a decir en todo tiempo.
7) Debido A Que Quienes Profetizan Pueden Cometer Errores, La Profecía Tiene Que Ser Juzgada (1 Co 14:29; lea Dt 18:20-22; Jer 14:14, 15; 23:30). Vea la Sección D2 para más detalles sobre esta importante enseñanza.
8) Pautas Para Juzgar Una Profecía:

a) Éstas, Nunca Deberán Contradecir La Palabra De Dios Escrita. Por consiguiente, cada articulación profética debe ser "probada" por la Palabra de Dios. Dios nunca le dirá que haga algo en profecía que esté prohibido en Su Palabra.

b) Ésta, Siempre Deberá Exaltar A Jesucristo Y Nunca Denigrarlo.
c) Deberá Edificar, Exhortar Y Consolar A Los Creyentes. Nunca deberá dejarlos confusos, inseguros, acongojados.
d) Deberá "Dar Testimonio De La Verdad" Entre La Mayoría De Los Creyentes Presentes, especialmente los más maduros, quienes frecuentemente son los más utilizados para vocalizar o articular los Dones.
e) Nunca Deberá Interrumpir El Espíritu De Servicio, Aunque Puede Cambiar Su Curso.
f) Si Predice Que Algo Ha De Suceder, Tal Evento Deberá Ocurrir.
g) Deberá Pasar El Examen O "Prueba Del Fruto" (Mt 7:16). Hablando de los falsos profetas, Jesús declaró: "Por sus frutos los conoceréis".
Debemos proteger al rebaño de cualquier profecía articulada por alguien cuya vida y testimonio sea un reproche a la causa de Cristo.
9) Cómo Profetizar. Manténgase reposado. No esté bajo ninguna clase de tensión.
Espere tranquilamente en el Señor en su Espíritu. Mantenga su mente abierta a Su voz. Cuando sienta el impulso del Espíritu dentro de su espíritu, entréguese a Dios como un canal para que fluya a través de él. Recuerde que el Don opera por fe.
Comience a hablar cualquier cosa que Dios le impulse. Mantenga el mensaje sencillo y claro. Mientras está hablando, espere silenciosamente en Él para el resto del mensaje. No profetice más allá de la proporción de su fe (Ro 12:6). Discierna cuando el Espíritu haya concluido y, luego, deténgase.
6. La Palabra De Sabiduría (Conocimiento) (1 Co 12:8)

DEFINICIÓN: Una Palabra de Sabiduría o Conocimiento, es un artículo pequeño o un fragmento del conocimiento de Dios dado por el Espíritu Santo a una persona.

Ésta, nos otorga ciertos hechos e información por vía de la revelación divina provista por el Espíritu Santo. Tal información, era previamente desconocida para la persona, y el conocimiento no pudo haber sido recibido por ningún medio natural. Es impartido sobrenaturalmente.
a. Ejemplos De La Escritura:

1) En El Ministerio De Jesús.
Jesús sabía ciertos hechos acerca de Natanael antes de que le conociera (Jn 1:47-50). Jesús conocía muchos datos acerca de la mujer de Samaria, aunque Él nunca la había visto anteriormente (Jn 4:18-20).
Ella se asombró por la exactitud de Su conocimiento concerniente a su vida pasada y presente. El ejercicio de la Palabra de conocimiento trajo eventualmente un poderoso avivamiento sobre aquella ciudad.
2) En La Iglesia Primitiva. Ananías recibió información específica y detallada acerca de Pablo, a quien nunca antes había conocido. Él conocía exactamente la calle y la casa en la cual él estaba hospedado. Él sabía que Pablo estaba orando en aquellos precisos momentos y que cuando Ananías impusiera sus manos sobre él, recibiría su vista (Hch 9:10-20).
3) El Antiguo Testamento. En 2 de Samuel 12:1-14, Dios le reveló a Natán ciertos datos y detalles concernientes a la transgresión de David.
b. Distinción. Una Palabra de Sabiduría o Conocimiento es diferente o distinta del conocimiento humano obtenido a través de los medios naturales.
Una Palabra de Sabiduría o Conocimiento no puede ser recibida por medio del aprendizaje intelectual o por medio del estudio de libros o la participación en cursos de estudio académicos en colegios o universidades. Tampoco es la habilidad para estudiar, entender o interpretar la Biblia.
c. Su Empleo En Las Escrituras:

1) Para Revelar El Pecado (2 Sam 12:1-10; Hch 5:1-11).

2) Llevar Las Almas A Dios (Jn 1:47-50; 4:18-20).
3) Para Conferir Dirección (Hch 9:11).
4) Para Ministrar Animo En Tiempos De Abatimiento (1 R 19:9-18).
5) Para Impartir Conocimiento De Eventos Futuros (Hch 11:27, 28).
6) Para Revelar Las Cosas Ocultas (1 Sam 10:22).
d. La Operación De Este Don:

1) Es Sobrenatural En Su Carácter,
no obtenido por lógica o deducción, razonamiento, etc.; no por los sentidos naturales, sino por revelación sobrenatural a través del Espíritu Santo.
2) Este Opera Por Fe. La persona recibe tal revelación por fe.
3) La Revelación Es Recibida En Nuestro Espíritu, no en el intelecto o en las emociones.
4) No Es Esencialmente Un Don Vocal. Puede ser recibido quedamente en el interior de la persona, en su espíritu o en ocasiones audiblemente (Hch 9:11).
5) Puede Venir A Ser Vocal Cuando Se Comparte Con Otros (Jn 4:4-7; 18).
6) Cualquier Cristiano Lleno Del Espíritu Que Esté Dispuesto A Escuchar La Voz De Dios, Puede Experimentar Este Don.
7) Es Una Posesión De Valor Incomparable En El Ministerio Del Asesoramiento U Orientación.
8) La Acción Y Reacción Obediente Son Esenciales para la operación continua de este don en el ministerio de un creyente.
9) Es Manifestado Frecuentemente En Conjunción Con La Palabra De Ciencia. Ésta, es la ciencia divinamente impartida para saber qué cosa hacer acerca de la Palabra de Conocimiento o Sabiduría y cómo aplicarla correcta y sabiamente.

Fuente: cayadopastoral.com

APRENDA A JUZGAR PROFECÍA
Por R. Edward Miller, Argentina

El Punto De Vista Bíblico

He descubierto un interés creciente en la operación maravillosa y poderosa de uno de los Dones del Espíritu: el don de Profecía: la articulación [extática] del Espíritu a través de la mente y labios de un hombre o una mujer. Considero que un estudio breve de "preguntas y respuestas" sería benéfico y oportuno.

A. ¿ES LA PROFECÍA SIEMPRE PERFECTA?
1 Corintios 13:9, 10 enseña: "Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos". La palabra enseña que la profecía es un estado imperfecto, y es "en parte".

1 Tesalonicenses 5:20, 21 dice: "No menospreciéis las profecías. Examinadlo todo; retened lo bueno". El no ignorar las profecías o el profetizar es un mandamiento directo de la palabra. Pero las palabras que siguen: "Retened lo bueno", claramente implican que habrá algunas que no serán buenas o perfectas, en las cuales, el creyente no deberá afianzar su fe.
No debemos menospreciar el don ni sus operaciones; sin embargo, debemos reconocer los canales imperfectos a través de los cuales éste viene.
Por lo tanto, la profecía tiene que ser probada y juzgada cuidadosamente antes de que sea aceptada como una palabra genuina y perfecta de parte del Espíritu de Dios.

B. ¿CUÁLES SON LAS DIMENSIONES SEGURAS DE LA PROFECÍA?
1 de Corintios 14:3 declara: "Pero el que profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y consolación". Esas son usualmente las tres dimensiones de la profecía en las que el estudiante puede practicar su don con toda humildad y sin temor, y con todo, en santa reverencia: para edificación, exhortación y consolación.

1 Corintios 14:31 dice: "Porque podéis profetizar todos uno por uno, para que todos aprendan…".
Obviamente existe algo que aprender. Es razonable que cuando uno está aprendiendo, inevitablemente cometerá algunos errores. Tales errores no tienen porqué ser impedimento para los que desean seguir al Señor en humildad y sinceridad.

Debe permanecer dentro de los límites de las dimensiones del aprendizaje de:
1. La Edificación
(la edificación del oyente en fe, amor y el Espíritu Santo).


2. La Exhortación
(la urgencia del oyente de presionar hacia el blanco con mayor amor y actividad espiritual);


3. El Consuelo
(llevando la paz y consolación al cansado, al herido y afligido).


C. ¿VIENE LA CONDENACIÓN DE DIOS?
Juan 3:17 enseña: "Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él".

Romanos 8:34 formula la pregunta que se contesta a sí misma:
"¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió".
Él llevó todos nuestros pecados [la condenación y la muerte] sobre la cruz.
Así que, la profecía de condenación jamás puede ser la obra del Espíritu Santo. El Espíritu puede reprender, exhortar y reprobar; sin embargo, lo hace con gran ternura, siempre influenciando a la persona para que se arrepienta en amor, mostrándole el camino de salida (escape) al problema. El Espíritu Santo nunca abandona a la persona en un foso profundo donde impera la depresión y condenación sin mostrarle Su misericordia y esperanza de rescate de tal foso, y levantarle hasta alcanzar Su estado de perdón compasivo.
Tales profecías de condenación, que por lo general son duras y devastadoras al que las recibe, deben ser reconocidas como de otro espíritu y no del Espíritu de Cristo.

D. ¿CUÁL ES EL RECURSO DE LA PROFECÍA?
Las Escrituras enseñan claramente que la profecía puede ser motivada por uno de los siguientes tres recursos:


1. El Espíritu Humano
-uno hablando de su propio corazón (Ez 13:2, 3).


2. Un Espíritu De Mentira
-procedente del maligno (2 Cr 18:21).


3. El Espíritu Santo
-el verdadero espíritu de profecía que proviene de lo alto, impulsado por el Espíritu Santo.


4. Una Mezcla De Los Tres
-o la profecía puede que sea una mezcla de cualquiera de los tres anteriores.


Está el ejemplo clásico del Apóstol Pedro hablando la Palabra inspirada de Ciencia [Conocimiento, Sabiduría] cuando dijo:
"Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente".
Jesús testificó que la carne y la sangre no se lo habían revelado, sino más bien el Padre. La fuente de aquella articulación profética fue el Padre.
Luego, unos minutos más tarde, Jesús se volvió y reprendió a Satanás, quien hablaba a través de los labios del mismo apóstol.
Jesús estaba mostrándole a Pedro cuán fácil y rápidamente el espíritu del mal podía usar los labios de uno que ama al Señor para hablar sin que tal persona ni siquiera se dé cuenta.
Lo que Pedro habló, fueron palabras muy dulces y agradables al oído de la persona desprevenida. Jesús captó inmediatamente el intento mortal de la inyección que le introduciría la pena de sí mismo.

E. ¿CUÁNDO SE DEBERÁ EJERCER CAUTELA?
Existen otras tres dimensiones de la profecía que son más susceptibles al engaño; y debido a su consumada naturaleza, debemos ejercer cautela. Estas tres dimensiones o reinos son:


1. Cuando Es Una Palabra De Sabiduría
"Lo oculto de su corazón se hace manifiesto" (1 Co 14:25), una operación de la Palabra de Ciencia o Conocimiento.


2. Cuando Es Predicción
las cosas por suceder: una operación de la Palabra de Ciencia o Conocimiento.


3. Cuando Es De Dirección
una operación de la Palabra de Sabiduría.

Debido a que la "dirección" errónea puede obrar las tragedias mayores en las vidas de los hijos de Dios, representa la dimensión en la cual los espíritus de error se deleitan en entrar.

1 Samuel 10:1-10 muestra claramente la operación de estas tres dimensiones proféticas. Primero, Samuel reveló el secreto del corazón de Saúl, quien estaba buscando las asnas perdidas.

Luego, él expuso la palabra que predecía, tres señales que se cumplirían en breve:
• Saúl se encontraría con dos hombres en el camino que le dirían: "Las asnas aparecieron".
• Luego, se encontraría con otros tres hombres acompañados con tres cabritos, tres tortas de pan y una vasija de vino. Ellos le darían a Saúl dos tortas de pan.
• Después, Saúl se toparía con una compañía de profetas que descenderían del lugar alto con salterio, pandero, flauta y arpa, y profetizarían. Entonces, el Espíritu de Jehová Dios descendería sobre Saúl y profetizaría.
Todas las señales se cumplieron. Luego, vino la obediencia a la dirección que a Samuel se le había adjudicado:
"Luego bajarás delante de mí a Gilgal... Espera siete días, hasta que yo venga a ti". Saúl obedeció el mandato cuando todas las demás señales se habían cumplido.

F. ¿ES LA PROFECÍA SIEMPRE ÚTIL?
Muchas vidas han sido heridas y confundidas por el uso erróneo de la profecía; sin embargo, la Palabra nos dice claramente: "No menospreciéis las profecías" (1 Ts 5:20). Es nuestro deber buscar y encontrar la senda correcta que conduce hacia la cima de esa gloriosa montaña.

He presenciado algunos beneficios asombrosos obrados a través del precioso Don de Profecía. No hay porqué sorprenderse que por medio de articulaciones falsas, el enemigo ha engañado y engaña a muchos creyentes; al así hacerlo, ocasiona que esta hermosa operación caiga en deshonra.

G. ¿QUÉ REVELA NUESTRA REACCIÓN PARA PROFETIZAR?
Si la profecía personal revela un ministerio futuro de gran importancia y nuestro ego es inflado por eso, entonces, hay algo malo en nuestro corazón. La arrogancia está allí. La Biblia dice que: "la arrogancia viene antes de la destrucción". Debemos salir huyendo hacia el Señor para que nos libere del orgullo.

No obstante, donde la profecía personal revela un ministerio futuro de gran importancia, y éste hace que caigamos a los pies del Señor en profunda humillación, esa profecía puede ser de ayuda y de bendición.
Cuando Jesús le habló una palabra profética a Saulo en el camino hacia Damasco, él ayunó y oró durante tres días (Hch 9:3-11; 26:13-18).
La condición del corazón que se humilla es siempre el lugar de arraigo más seguro. Satanás dijo: "Subiré al cielo" (Is 14:13, 14). La dirección que Satanás toma siempre es hacia arriba.
Jesús descendió primero (Ef 4:9); por consiguiente, el Padre le exaltó a lo sumo. Jesús siempre se humilló (Fil 2:7, 8).
"Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón" (Mt 11:29).
Nunca la pisaron animales fieros, ni león pasó por ella (Job 28:8).

H. ¿QUIÉN DEBERÁ CONFIRMAR LA PROFECÍA?
"Por boca de dos o tres testigos se decidirá todo asunto" (2 Co 13:1). La ley de confirmación es una "necesidad" importante en el juicio y comprobación de una palabra profética. Dios siempre está listo para confirmar Su Palabra, aun con señales y milagros.
Ninguna palabra profética importante, especialmente aquella que trata con dirección o que afecte nuestras vidas, deberá ser aceptada sin la plena confirmación por:


1. Aquéllos Que No Están Familiarizados Con La Profecía

2. Las Escrituras

3. Otra Palabra De Dios

La siguiente Escritura ilustra una profecía confirmando lo que Dios ha dicho:
"Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he [presente participio] llamado" (Hch 13:2).

I. ¿QUIÉN DEBERÁ JUZGAR LA PROFECÍA?
La palabra profética debe ser franca para ser juzgada por aquéllos que están clasificados como profetas y hombres de Dios. Somos amonestados solemnemente como sigue:

"Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo" (1 Jn 4:1).
La Biblia dice: "Asimismo, los profetas hablen dos o tres, y los demás juzguen" (1 Co 14:29).
Es obvio que alguien que no tenga el don de profecía, no está calificado para juzgar, excepto sobre las bases de las pruebas ya mencionadas y la Palabra escrita.
No obstante, es mejor que el espíritu de la articulación sea dejado al juicio de los hombres calificados en el campo de la profecía.

J. ¿CUÁNDO DEBE SER LA PROFECÍA RECHAZADA?
Siempre es una señal de amonestación si alguien rehúsa aceptar que su palabra de revelación, profecía o articulación sea traída a juicio y a confirmación por la Palabra escrita de Dios.

Es mejor rechazarla inmediatamente; pues a pesar de cuán buena pueda sonar o escucharse la profecía, y cuán maravilloso sea el éxtasis del momento, si es contraria a la Palabra, entonces, no la reciba bajo ninguna condición.

El verdadero hombre de Dios le da la bienvenida al juicio. El Espíritu de Cristo dentro de él le hace "pacífico, amable, benigno" (Stg 3:17).

Siempre está listo para reconocer que es imperfecto en su carne, y que no es infalible. A nuestro mejor conocimiento, sólo conocemos "en parte" y profetizamos "en parte".

K. CONCLUSIÓN
Por lo tanto, no rechacemos, ni ignoremos esta gloriosa operación del Espíritu de Dios, sino que seamos "sabios como serpientes". No entremos en controversias, ni contiendas; con todo, no recibamos ninguna articulación que no esté en armonía con la Palabra infalible de Dios, ni sin la confirmación apropiada al respecto.

No permita que nadie tome autoridad sobre usted diciéndole: "Sí, sí, así ha dicho Jehová Dios". Si Él ha hablado, delo por concluido; no necesitamos contender para probarlo. Y si Dios no ha hablado, lo que yo he articulado: "Así ha dicho Jehová Dios", de ninguna manera le forzará a decir lo que declaró que Él dijo.
Así que, hermanos, seamos sabios y mansos, siempre procurando glorificar a Dios; no despreciando las profecías, ni ignorándolas. Disfrutemos de sus poderosas bendiciones y poder en toda sabiduría del Espíritu Santo. En gran humildad de mente, sigamos "adelante a la perfección" (He 6:1).

Fuente: cayadopastoral.com


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Te saludan los Pastores Alejandro y Mariela González desde Uruguay